Vacunación COVID-19: claves y recomendaciones para la temporada 2025-2026
La vacunación COVID-19 2025-2026 prioriza a los grupos de mayor riesgo y mantiene el enfoque de protección reforzada frente a complicaciones graves, hospitalización y secuelas.

La vacunación COVID-19 2025-2026 mantiene su papel central como herramienta de prevención frente a las formas graves de la enfermedad, especialmente en los grupos más vulnerables. España, referente internacional desde que inició su estrategia común en diciembre de 2020, continúa basándose en los principios que guiaron su éxito: vacunas seguras, eficaces, voluntarias y gratuitas, y una planificación unificada en todas las comunidades autónomas.
La estrategia española se articuló desde sus inicios a través del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, que acordó la puesta en marcha de un proceso único, transparente y coordinado. Las primeras dosis comenzaron a administrarse el 27 de diciembre de 2020, y la priorización se definió según el riesgo de enfermedad grave y la exposición. Este enfoque permitió que, a día de hoy, más de 40,7 millones de personas cuenten con pauta completa, lo que supone el 86% de la población total.
La vacunación COVID-19 2025-2026 se diferencia de temporadas anteriores porque establece recomendaciones específicas para el coronavirus y la gripe, adaptando la estrategia a la evolución epidemiológica de cada virus. Para esta campaña, el Ministerio de Sanidad ha decidido concentrar la protección en los grupos con mayor riesgo de complicaciones, hospitalización, secuelas prolongadas o fallecimiento.
Entre las razones que explican el alto nivel de adherencia en España destacan la confianza en la sanidad pública, la claridad en los criterios de acceso, la organización eficiente del sistema de citación y la elevada percepción del riesgo durante las fases iniciales de la pandemia. Junto a ello, la baja presencia de movimientos antivacunas y la importancia del entorno familiar intergeneracional han favorecido la inmunización.
En cuanto a su funcionamiento, las vacunas autorizadas generan anticuerpos que neutralizan el virus. Al igual que otras vacunas, las del COVID-19 se han probado en decenas de miles de personas mediante ensayos clínicos y han sido evaluadas por la Agencia Europea de Medicamentos, con seguimiento posterior a través del Sistema Español de Farmacovigilancia. Su perfil de seguridad continúa siendo considerado muy alto.
La administración de una dosis por temporada responde a dos factores clave: los cambios que experimenta el virus, que pueden reducir la protección previa, y la disminución gradual de anticuerpos con el paso del tiempo. Por ello, reforzar la inmunidad resulta esencial en los grupos más sensibles a desarrollar cuadros graves.
Para la temporada 2025-2026, la vacunación frente al COVID-19 se recomienda a:
– Personas de 70 años o más.
– Personas con inmunosupresión o patologías crónicas graves.
– Internos en centros de discapacidad, residencias y otras instituciones cerradas.
– Personas desde los 12 años con condiciones de riesgo: diabetes, obesidad mórbida, enfermedades cardiovasculares, neurológicas o respiratorias, cáncer, enfermedad hepática crónica o trastornos cognitivos, entre otros supuestos.
– Embarazadas, en cualquier trimestre.
– Niños de 6 meses a 11 años con factores de riesgo.
Además, podrán acceder a la vacunación como medida de protección personal:
– Profesionales sanitarios y sociosanitarios.
– Cuidadores y convivientes de personas vulnerables.
Con carácter general, se administra una única dosis, que puede coincidir con la vacuna de la gripe u otras frente a virus respiratorios cuando el paciente pertenece a los grupos recomendados en ambas campañas. Las personas no incluidas en los grupos diana no tienen indicación de vacunarse, debido a la situación epidemiológica y al nivel actual de inmunidad en la población.
La campaña comenzó en la última semana de septiembre y continúa activa según el calendario de cada comunidad autónoma. Las personas que aún no hayan recibido la vacuna adaptada de la temporada pueden vacunarse en cualquier momento del año, respetando el intervalo adecuado respecto a dosis previas o infecciones recientes.
Las recomendaciones se enmarcan en el Documento Marco para el control de Infecciones Respiratorias Agudas, aprobado el 3 de diciembre. Esta guía establece cuatro escenarios —interepidémico, epidemia de nivel bajo/medio, alto y muy alto— que permiten ajustar medidas como el uso de mascarilla, la ventilación, la formación del personal o la adaptación de los planes asistenciales según la evolución de los virus respiratorios.
El conjunto de medidas pretende reforzar la vigilancia, reducir el impacto sanitario y garantizar una respuesta coordinada ante un incremento de contagios, especialmente en los servicios esenciales y en las poblaciones más vulnerables.
La vacunación COVID-19 2025-2026 sigue siendo, por tanto, un elemento clave para proteger la salud pública, reforzar la seguridad de los colectivos de riesgo y disminuir el impacto hospitalario y social de los virus respiratorios.
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