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Ya a la venta la segunda autobiografía de María Domínguez

Por Redacción Sep 28, 2017 #cultura #libros

María Domínguez dio el salto a la literatura con Impotencia, dolor y fatiga, una novela autobiográfica en la que habla sobre lo duro que fue escapar del maltrato de su marido y criar a cinco hijos sin ayuda. Este primer libro surgió como terapia, como vía de escape hacia la luz cuando todo lo que la autora podía ver era oscuridad. Así, con bolígrafo y cuaderno en mano, fue escribiendo un diario y preparando esta gran historia de superación que nada debe envidiar a las heroínas de ficción. María Domínguez necesitaba gritar su experiencia a los cuatro vientos, hacerla llegar a todos los rincones para transmitir un mensaje de esperanza y valor. Su propósito era claro y ya nada podría detenerla. Liberada de las pesadas cadenas del franquismo y después de cuarenta años rayando el papel con sus lágrimas y los tragos agrios, que cada vez iban siendo menos amargos, estaba cerca de conseguir su sueño. Fue en el año 2014 cuando, bajo el sello de la editorial Áltera, vio materializados sus anhelos en forma de libro. Ahora, tres años más tarde, sorprende de nuevo con su segunda novela, también autobiográfica y titulada Un paso por la política (editorial Tregolam).

A pesar de ese lapso entre una parte y otra, María Domínguez mantiene el nervio, el arrojo, esa valentía que la hizo salir adelante cuando los golpes y las humillaciones estuvieron a punto de acabar con su vida. Esta nueva novela comienza con una carta a Don Juan Carlos, el anterior rey de España, pero ni la propia autora sospechaba entonces que ese papel escrito de su puño y letra se convertiría en una inolvidable y gratificante experiencia. Impotencia, dolor y fatiga, y Un paso por la política aportan una mirada hacia el futuro, recordando aquello de que ‘cuando una puerta se cierra, otra se abre’.

María Domínguez denunció a su marido una y otra vez sin que sirviera para nada; tuvo que lidiar con los golpes físicos y con los que se daba contra el muro de la ley. Tuvo que aguantar el acoso de su exmarido incluso después de la separación sin encontrar más ayuda que la fuerza de su corazón. Con su primera autobiografía, dio una increíble lección que ahora continúa y permanece a través de los actos que describe en Un paso por la política.

Aquí una entrevista a la autora en la que habla de su andadura desde que escribiera las primeras páginas de su vida.

Buenos días, María. Un paso por la política es tu nueva y segunda novela autobiográfica, ¿qué vamos a encontrar entre sus páginas?

Los lectores van a adentrarse en la historia de una ciudadana de a pie. Una mujer sencilla, que, con el objetivo de divulgar sus trágicas vivencias de malos tratos, inició un largo e inesperado recorrido en el que ha podido contactar y, en algunos casos, conocer personalmente a personas de diversos ámbitos, y en especial, del mundo de la política nacional e internacional. Y al final de ese trayecto ha podido lograr su meta: ser un ejemplo de lucha y superación.

Anteriormente, has publicado Impotencia, dolor y fatiga, que se centra en una etapa oscura durante la cual fuiste víctima de malos tratos. ¿Cómo te ha cambiado la vida dar a conocer tu experiencia?

La vida diaria no ha cambiado mucho, pero difundir mi historia sí me ha servido para dar ejemplo a otras personas, para hacer visible un problema que hace años estaba oculto y nadie se atrevía a denunciar. He querido ser un referente para las mujeres de mi época. Y, además, he tenido la oportunidad de conocer y compartir ideas y opiniones con personalidades muy importantes, así como ser protagonista de momentos y situaciones que nunca habría imaginado.

Cuando uno escribe sobre los momentos duros, revive el dolor, pero también siente una especie de liberación. ¿Te costó trasladar tus vivencias al papel?

Al principio, me costó un poco, pero después me sirvió como terapia. Plasmar sobre el papel mi experiencia ha sido como una medicina natural para superar el trauma, el sufrimiento.

¿Cuál es el mensaje que quieres transmitir a través de tu historia?

El mensaje que quiero transmitir a todos los lectores es que no hay nada imposible, que con esfuerzo, tesón, perseverancia, trabajo y valentía todo puede lograrse; que no hay que quedarse parado, sino continuar hacia adelante hasta conseguir nuestras metas, objetivos y anhelos.

Aunque hemos avanzado en otras materias, resulta increíble que en la actualidad sigan faltando leyes eficaces que de verdad protejan y proporcionen garantías a las víctimas de violencia machista. ¿Cuál crees que es el primer paso que se debería dar al respecto?

Creo que el primer paso que se necesita para combatir esta lacra que se ha convertido en una pandemia mundial es la unidad de la sociedad y de las instituciones y poderes del Estado. La violencia de género es una cuestión de Estado. Debemos combatirla juntos, en las escuelas, en las familias, en el ámbito laboral, en los medios de comunicación y, sobre todo, en la publicidad, eliminando actos o símbolos discriminatorios. Por un lado, con medidas que fomenten la igualdad de todos. Y, por otro lado, con medidas que protejan a las víctimas, como una mayor dotación económica por parte del Gobierno en materias como apoyo psicológico, formación e inserción laboral para que estas personas puedan ser libres e independientes, y comiencen una nueva vida. Y como ejemplos de medidas de protección, sería bueno que las víctimas recibieran cursos gratuitos de defensa personal para sentirse más seguras.

¿Qué dirías a todas aquellas personas que, como tú, han pasado o están pasando por momentos difíciles?

Les diría que no tengan miedo, que exterioricen sus experiencias traumáticas. Con lucha y esfuerzo, todas las dificultades se superan. Y que denuncien su situación, al igual que las personas que les rodean o que son testigos de ello. Vivimos en un Estado Social y Democrático de Derecho, no en una época de represión y grandes dificultades como la dictadura franquista, en la que yo viví mi trágica experiencia. En aquellos tiempos, el miedo, el terror y el dolor estaban muy presentes en la sociedad española.

Como cuentas en Un paso por la política, gracias a tu primer libro, has podido conocer a importantísimas figuras de nuestro país. ¿Recuerdas alguna anécdota especial de aquellos encuentros? ¿Cuál fue más especial para ti?

Recuerdo varios encuentros especiales, pero el que recuerdo con más ilusión, y aún hoy sigo sin creerme, fue el día en que acudí a Madrid en compañía de mi nieta sin conocer la capital. Ese día fue inimaginable, pues pude conocer en el mismo día a varias personalidades políticas, como el exministro de Justicia Mariano Fernández Bermejo, cuya familia materna resultó ser de mi pueblo natal, Villardondiego. También pude conocer a Pedro Zerolo, un gran referente para la sociedad, y acudir al Congreso de los Diputados, donde me sentí reina, ministra y presidenta por un día, ya que el que fuera presidente del Congreso, José Bono, nos recibió en su despacho, no sin antes pasar por la sala de Ministros. Conocí también a la diputada Celia Villalobos por los pasillos de la Cámara y al diputado Gaspar Llamazares. El día terminó en los estudios de Telemadrid, de la mano de un periodista muy amable como Ernesto Sáenz de Buruaga. Fue un día inolvidable.

Con dos novelas a tus espaldas, ¿cómo era María Domínguez en sus inicios como escritora y cómo es ahora?

En mis inicios, era como un niño cuando empieza su primer día en la escuela, cuando todo es nuevo y desconocido, y poco a poco tienes que ir aprendiendo y superando los obstáculos.

Actualmente, ya puedo presumir de ser una escritora consolidada y con mucha más experiencia, pues he aprendido muchas cosas que desconocía del mundo literario.

Después de Un paso por la política, ¿cuál será tu próximo proyecto?

Me gustaría que la historia que he plasmado a través de la literatura diera el salto hacia el plano audiovisual y alguna productora de cine o televisión decidiera utilizarla para realizar una película o una serie de televisión. Sería algo que me llenaría de gran alegría y me haría mucha ilusión. Me sentiría muy feliz porque, además, mis vivencias llegarían a millones de espectadores.

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