Nos cuesta miles de millones de euros, entiéndase empresario a esos señores que ni siquiera ha visitado su empresa y su única relación con ella ha sido el cobro de beneficios, la imposición de las peores condiciones laborales a sus empleados y la consecución de todos los beneficios fiscales y económicos a través de los fondos públicos.
La derecha ha conseguido confundir con un discurso permanente y reiterativo utilizando la palabra empresario para el trabajador autónomo que posee una modesta frutería, panadería o kiosco de prensa.
No, señores, no, los empresarios son otros, aquellos que cuando la empresa funciona obtienen beneficios, se llevan todo el dinero y desconocen lo que es I+D o, mejor dicho, aquellos que consiguen que inviertan otros y el dinero para mi. Y cuando los beneficios se reducen se llevan todo su dinero a otro lugar y además consiguen a través del erario público todos los beneficios que se le niega a los trabajadores.
Y mientras a usted, querido lector, los distintos gobiernos PP-PSOE con sus reformas laborales le han mermado sus derechos, con lo que han conseguido facilitar el despido individual y colectivo, que los trabajadores seamos los únicos perjudicados de la crisis, han creado un contrato no causal de un año sin indemnización, han potenciado la desregularización de todas las condiciones laborales, han desmantelado el sector público con ERE’s y despidos bajo su nuevo amparo legal, han pauperizado las condiciones laborales a través del convenio de empresa, han abaratado el despido en todos los contratos, reduciendo las indemnizaciones por despido improcedente.
España se está salvando de una explosión social gracias al trapicheo y a un sistema económico que ya se instauró en la dictadura. Opacidad en las relaciones laborales y economía al margen de la fiscalidad. Y todo ello nos lleva a que los que estamos dentro del sistema que pagamos fielmente a Hacienda, los que tenemos nóminas o bien somos pequeños autónomos seamos los que estamos pagando este desbarajuste que es la economía española.
¿Qué podemos hacer?
Ante la magnitud que están alcanzando los incesantes ataques a la clase trabajadora con el agravante de que más de 5 millones se encuentran en situación de desempleo, con las continuas ayudas económicas por parte del gobierno a los más poderosos, no nos queda otra que hacer un frente común ante la codicia insaciable del capitalismo especulativo, reforzando las ideas de izquierda. Y para ello hay que ir a votar y votar desde la unidad de la izquierda en defensa de los sectores más débiles y desprotegidos de nuestra sociedad.