El sindicato considera que “este no es modo de pagar a una plantilla que ha estado al pie del cañón durante toda la pandemia”
El sector de Correos de CSIF Cádiz ha remitido un escrito de alegaciones a la reestructuración en la unidad de reparto número 2 de Correos en Jerez de la Frontera, al “ser excesiva, no tener fundamento, y por tanto, inadmisible”. Esta mal llamada reestructuración viene a provocar la supresión de tres carteros en dicha unidad, que abarca prácticamente la mitad de la ciudad, por lo que CSIF reclama a la empresa pública una rectificación urgente.
Para CSIF, con el planteamiento que hace Correos se pretende eliminar tres de las 28 secciones (barrios) que cubre esta unidad de reparto, y dado que cada barrio se cubre con un cartero, sobrarán tres trabajadores, y los que quedan tendrán que asumir zonas más grandes, aumentando su carga de trabajo. Esto, evidentemente, provocará incumplimientos en los plazos de entrega, la disminución de la calidad del servicio y, en consecuencia, el aumento de las reclamaciones en atención al cliente que tanto daño hacen a la empresa.
Correos, en su plan de reestructuración, alude a unas estadísticas sobre la bajada de envíos ordinarios, que no se atienen a la realidad, pues no se tiene en cuenta el incremento de envíos de paquetería y bultos ordinarios, entre otros aspectos.
“En un año especialmente complicado y en plena tercera ola de la pandemia, esta medida es insólita dado que, actualmente, no se está dando cobertura ni a las bajas médicas por COVID ni a los permisos de los trabajadores en prácticamente toda la provincia, por lo que no es comprensible que se vayan a suprimir carteros”, señalan desde el sector de Correos de CSIF Cádiz. “No es de recibo que, después de estar al pie del cañón durante toda la crisis sanitaria, este sea el modo en que nos pague el presidente de Correos”, apuntan.
Desde CSIF espera una pronta rectificación, que no permita el aumento de la carga de trabajo –ya desorbitada- que sufren los trabajadores y que evite el deterioro del servicio que merece el ciudadano.