En la tarde del viernes, dos de las cinco lideresas colombianas galardonadas con el premio Derechos Humanos 2016 que entregó la APDHA el pasado lunes en el Ayuntamiento de Cádiz, Luz Marina Bernal y Patricia Ariza, compartieron sus experiencias y su lucha con la militancia de Podemos Cádiz. Ambas reclamaron la solidaridad internacional activa para que los acuerdos de paz de La Habana “que colocan en el centro a las víctimas” se cumplan.
Patricia Ariza, directora del teatro Candelaria, dijo estar segura de que van a lograr la paz “con, sin o contra el Gobierno” y aseguró que, aunque perdieran el plebiscito por muy poco, “somos más”. Para esta vocera de la Marcha Patriótica, un movimiento social y político que nació hace cuatros años y agrupa a colombianos y colombianas de muy diversa procedencia social como campesinos o jóvenes urbanos y contra el que se está perpetrando un auténtico genocidio (ya han sido asesinados 124 integrantes del movimiento, 19 sólo en lo que va de año), “los acuerdos no son la paz, la paz hay que construirla” . Y aclaró, “para nosotros la paz no es sólo que se paren los fusiles, la paz es la justicia social”.
Ariza recordó que Álvaro Uribe, al que el gobierno de Teófila Martínez entregó el Premio Cortes de Cádiz en el año del bicentenario pese a la denuncia de los colectivos pro derechos humanos de la ciudad, puso en marcha durante su mandato, con el apoyo económico de Estados Unidos que cuenta con ocho bases militares en el país, el “Plan Colombia” por el que ordenó “acabar con la insurgencia a sangre y fuego”. Además de los bombardeos diarios, el Plan Colombia supuso el secuestro de miles de civiles que eran asesinados y hechos pasar por guerrilleros para presentar resultados de la operación. Son los llamados “falsos positivos”. El hijo de Luz Marina Bernal, presidenta de Madres de Soacha y nominada al Premio Nobel de la Paz 2016, fue uno de ellos.
El día que descubrió que su hijo había sido asesinado “por ser un guerrillero”, pese a que “era de educación especial y tenía la mentalidad de un niño de 8 años en el cuerpo de un hombre de 26”, se dio cuenta de que durante toda su vida no había sido consciente de lo que sucedía a su alrededor. “Mi hijo me parió a mí para la lucha”, asegura.
Bernal resaltó el papel fundamental de las mujeres, “que son botín de guerra”, en el proceso de paz. “La paz sin nosotras no es posible”, aseguró. Y concluyó “queremos paz estable y duradera, es el momento de decir no más”.