La ITI de la provincia de Cádiz impulsa un firme compromiso en I+D+i sin precedentes con el INiBICA y lleva la ‘revolución verde’ al Hospital San Carlos
Si sumamos investigación en biomedicina y eficiencia energética obtenemos como resultado el germen de dos proyectos que la Junta de Andalucía desarrolla en el marco de la Inversión Territorial Integrada (ITI) 2014-2020 de la provincia de Cádiz con el objetivo de mejorar la salud de los gaditanos y apostar por la eficiencia energética en la sanidad pública.
Uno de los proyectos tiene su epicentro en el Instituto de Investigación e Innovación Biomédica de la provincia de Cádiz (INiBICA) y el otro en el Hospital San Carlos de San Fernando. Entre los dos suman una inversión pública de 19 millones de euros (18.995.227 euros) y el doble cometido de mejorar la vida de la sociedad gaditana sin descuidar la del planeta.
INiBICA: INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA DESDE CÁDIZ
Para mejorar la salud y la atención sanitaria es incuestionable la necesidad de destinar fondos a la investigación científica. Desde esta premisa la Junta aportó una inversión de 13.271.992 euros -procedente del Fondo de Desarrollo Regional (FEDER) de la ITI- para crear una entidad consagrada a este fin. Así nació el Instituto de Investigación e Innovación Biomédica de la provincia de Cádiz (INiBICA), que echó a andar en 2019. La alianza de las Consejerías de Salud, Economía y Universidades de la Junta, el Servicio Andaluz de Salud, la Universidad de Cádiz y la Fundación para la Gestión de la Investigación Biomédica de Cádiz fueron clave.
El INiBICA es una gran estructura de personal investigador que trabaja en avances científicos con alto potencial de aplicación práctica para mejorar la vida de las personas. Atrae recursos económicos y talento científico y promueve la estabilización profesional de los investigadores en el sistema sanitario público gaditano y en la propia universidad de Cádiz. Su director científico, Manuel Aguilar, lo define como “un instituto de investigación biomédica orientado a la creación de estructuras que generen riqueza social, mejore la salud humana, cree puestos de trabajo y proyecte conocimiento e innovación a toda la provincia de Cádiz”.
68 científicos y 80 grupos de investigación
Los fondos ITI, en concreto, han dinamizado la actividad del instituto y posibilitado la contratación de 68 investigadores. Gracias a ese impulso el instituto ha crecido en actividad y captación de recursos permitiendo que hoy haya en plantilla 107 personas entre investigadores, personal técnico y gestores.
“Los fondos ITI han permitido además conseguir proyectos internacionales que nos proyecta en la Unión Europea como un centro de excelencia en investigación”, destaca Aguilar, quien menciona 2026 como el año de un “hito”. Ese año el INiBICA solicitará la acreditación del Instituto Carlos III, lo que supondrá su incorporación al circuito de los institutos de investigación biomédica más importantes de España.
Biólogos, biomédicos, químicos, matemáticos, ingenieros, médicos… trabajan en red integrados en los hospitales públicos, en la UCA y en los centros del SAS. Esto optimiza la capacidad de desarrollar proyectos I+D+i, mejorar la producción científica y transferir resultados a la sociedad.
El instituto cuenta con más de 80 grupos de investigación adscritos a seis programas diversos y abandera líneas de investigación como el impacto de factores medioambientales y socioculturales en el recién nacido prematuro; la diabetes mellitus tipo 1; la actividad física y la salud mental en el retraso del envejecimiento; los factores predictivos de complicaciones en el embarazo; la detección de enfermedades infecciosas en la provincia; el uso de compuestos marinos en enfermedades como el cáncer; o la relación entre enfermedad y desigualdad social.
Medicina personalizada
La prolífica labor investigadora del INiBICA generará su mayor impacto en las próximas décadas y supondrá un “cambio de paradigma” en la sanidad y la medicina. Lo avanza Julio Ríos, gerente del instituto: “Trabajamos en un cambio en la cultura sanitaria en la población que se verá en décadas. Se trata de cambiar el concepto de una atención sanitaria muy técnica y estática a otra más dinámica, como es la propia labor investigadora”. En este esquema se encuadra la medicina personalizada: “La medicina personalizada es el futuro. Se trata de identificar qué puede beneficiar más a qué tipo de persona en vez de que una indicación concreta sea válida para toda la población. Es adaptar criterios diagnósticos y terapéuticos a cada individuo”, explica.
Diversificar la economía provincial
El INiBICA también contribuye a diversificar la economía gaditana. Aplica su política de I+D+i de manera colaborativa con la industria y empresas de la provincia. En la actualidad varios grupos de investigación trabajan en proyectos con empresas gaditanas para innovar en el tratamiento y diagnóstico de enfermedades prevalentes. Hasta la fecha se han suscrito más de 40 acuerdos para proyectos conjuntos, desarrollo de innovaciones y transferencia de conocimiento.
La atracción de talento es otro puntal de la acción del INiBICA, una entidad que refleja cómo la inversión pública en investigación y sanidad puede ejercer de motor de cambio y progreso social.
Sostenibilidad en el Hospital San Carlos
El segundo proyecto de la Junta relacionado con la salud pública en el contexto de la ITI se enmarca en el Hospital San Carlos, en San Fernando, en el que se está sustituyendo su tecnología de producción energética por otro sistema más sostenible. El objetivo es reducir las emisiones de carbono en el Hospital San Carlos y convertirlo en un modelo en eficiencia energética en Andalucía, un logro que verá la luz a principios del verano. La actuación incluye una serie de medidas de eficiencia y ahorro energético para generar de forma más sostenible la energía térmica para la calefacción, refrigeración y producción de agua calienteque dan servicioa este complejo sanitario.
A esto se dedican 5,7 millones de euros que, sumados a los 13,2 millones de euros del INiBICA, dibuja una huella de la inversión pública de la ITI en el ámbito sanitario de la provincia de Cádiz de casi 19 millones de euros (18.995.227 euros). Este proyecto está alineado, asimismo, al espíritu de la ‘revolución verde’ del gobierno andaluz por combatir el cambio climático reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero, al que el sector sanitario mundial contribuye con el 4,4% de las emisiones netas globales.
San Carlos ha sido de los primeros hospitales de España en implicarse en este cambio de filosofía. La obra tiene tres vertientes: la renovación tecnológica de los sistemas de producción de energía térmica para la calefacción, refrigeración y producción de agua caliente sanitaria; la instalación de un nuevo sistema de distribución de la energía; y la construcción de un edificio industrial, en la parcela del hospital, para las centrales de frío y calor y los nuevos sistemas de climatización.
En junio de 2023 podrá estar ejecutada toda la actuación que se desarrolla en dos fases y cuya inversión total –5.723.235 euros– procede de la ITI (2.747.153,22 euros), del SAS (686.788,3 euros) y de los fondos europeos Next Generation (2.289.294 euros).
Ahorro energético equivalente a 1.222 viviendas
Los principales beneficios los explica el subdirector Económico-Administrativo y de Servicios Generales del Hospital San Carlos, Daniel Manzorro: “Conseguiremos una gran mejora de la eficiencia energética, un importante ahorro de energía, una considerable reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, pasar del gasóleo C al gas natural, un ahorro económico, un mayor rendimiento, seguridad y fiabilidad de las instalaciones y un aumento de la calidad del agua”. Es decir, el hospital va a funcionar de la manera más eficiente, con el menor consumo energético y el mayor ahorro económico posibles que permite la tecnología actual.
¿Y de cuánto ahorro energético hablamos? El hospital ahorrará 4.400 MWh de electricidad al año, que equivale al consumo medio anual de 1.222 viviendas. En emisiones de CO2, se reducirán en 2.123 toneladas equivalentes de CO2 al año, cantidad similar a las emisiones anuales de 478 coches diésel. Otro dato: “El hospital no va a generar más energía de la que consume y el agua caliente va a ser prácticamente gratis desde el punto de vista energético”, indica Germán Benítez, ingeniero técnico industrial del hospital integrado en el proyecto.
Otra de las virtudes de las medidas implantadas es la transversalidad de su impacto positivo, que beneficia por igual a trabajadores (unos 800) y usuarios. San Carlos es un hospital con mucha actividad. Sólo en el primer semestre de 2022 se realizaron 3.134 intervenciones, 68.538 consultas y se atendieron a 1.078 personas que requirieron ingreso hospitalario. Otra ventaja es de tipo tecnológico: la terminal termofrigorífica (el corazón tecnológico) será gestionada desde un ordenador. Se podrá hacer todo en remoto. Es el salto al mundo digital.
El antes y el después de San Carlos
Para entender el porqué de este paso digital y tecnológico hay que remontarse a la historia. Diseñado a finales de los años 70 e inaugurado en junio de 1981, San Carlos fue hospital militar dependiente del Ministerio de Defensa hasta octubre de 2014, cuando fue transferido al SAS. Los criterios técnicos y energéticos en cuatro décadas han evolucionado mucho y aunque se realizaron mejoras al recepcionarlo -recuerda Manzorro- “los sistemas de producción térmica y de agua caliente eran tan obsoletos y sus necesidades de mantenimiento tan grandes que era mejor sustituirlos. Entonces se planteó construir una central térmica nueva y eficiente”.
Esa central termofrigorífica estará terminada en junio, coincidiendo con el 42 aniversario de un hospital en el que la Junta de Andalucía ha invertido diez millones de euros en su transformación y modernización en los últimos cuatro años. Al proyecto de la ITI se suman otras actuaciones en espacios y equipamientos del hospital por importe de 4,1 millones de euros. Cuando culminen los trabajos se habrá reformado el 98% de las instalaciones de San Carlos, que vivirá en menos de un lustro su ‘antes y después’ pasando de ser un edificio de los años 80 a uno de los más modernos de Andalucía a la vanguardia en tecnología y asistencia a la población.