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El presidente del TC resalta el legado de las Cortes de Cádiz y del espíritu de consenso de la Constitución de 1978

El Presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, ha defendido el legado de las Cortes de 1812 y de la Constitución de 1978, que «nos recuerda que el pluralismo y el espíritu de diálogo pueden dar lugar al consenso y a grandes acuerdos democráticos». Lo ha hecho tras la reunión extraordinaria del Pleno celebrada este martes en el Oratorio de San Felipe Neri de Cádiz.

Como ha dicho, este consenso «necesariamente requiere de respeto hacia las instituciones, hacia los derechos fundamentales y hacia los cimientos de nuestro Estado social y democrático de derecho».

En sus palabras, en un acto institucional celebrado en el Oratorio de San Felipe Neri, el presidente ha puesto en valor la Constitución de 1978, que este año cumple 47 años y que «está cerca» de convertirse en la más longeva de las siete constituciones que forman parte de la historia de España, e «iguala en extensión en el tiempo» a la Constitución de 1876, de la época de la restauración borbónica.

Sobre la aprobada en referéndum en 1978, Conde-Pumpido ha señalado que «gracias a aquel consenso» que se creó para escribir esta Constitución, «los españoles hemos podido disfrutar de uno de los períodos más prósperos, pacíficos y democráticos de nuestro país», haciendo además posible «nuestra plena integración en la Europa democrática».

«La Constitución de 1978 es el fruto de un pacto político y social alcanzado entre todos para convivir civilizádamente, que no excluye que se produzcan los desacuerdos propios de toda sociedad avanzada, pero sí excluye la violencia en todas sus formas y los enfrentamientos civiles».

En esa línea, ha manifestado que es «un pacto en el que todas las personas pueden y deben participar» y que «garantiza de forma indiscutible la unidad indisoluble de la nación española y la fortaleza del Estado social y democrático de derecho».

En este contexto, ha reivindicado «el imperio de la ley democráticamente aprobada e imparcialmente aplicada» y el Estado de derecho. Por ello, ha recordado que la Constitución es «vinculante» para todos los poderes públicos, que deben proteger la separación de poderes y de los derechos fundamentales de los ciudadanos. «Todos los poderes públicos deben actuar sometidos a la ley y al Derecho, especialmente, a la ley de leyes que nos dimos en 1978», ha añadido.

Conde-Pumpido ha defendido también la «relevante» función del Tribunal Constitucional para la vigencia de la Constitución, dado su triple papel de juez de las leyes, juez de los conflictos y juez de los derechos fundamentales.

«Estas relevantes funciones de control de la constitucionalidad de las leyes y tutela de los derechos fundamentales son llevadas a cabo por los magistrados y magistradas que componemos el Tribunal Constitucional, quienes son elegidos democráticamente siguiendo el mandato constitucional, atendiendo única y exclusivamente a la Constitución y a su Ley Orgánica, sin presiones directas o indirectas de ningún poder», ha señalado.

El Tribunal Constitucional, según ha destacado su presidente, es «el último bastión de las garantías constitucionales, en su papel de máximo intérprete de la Constitución», un último bastión que le permite configurarse como «el último guardián de las libertades».

También ha explicado en su intervención que la celebración del Pleno extraordinario en Cádiz, fuera de la sede oficial del Tribunal, corresponde a dos razones. Por un lado, acercar la institución al conjunto de la sociedad española y dar a conocer «la importante función que realiza en defensa de la Constitución», y por otro lado, la conmemoración del 45 aniversario de la entrada en funcionamiento del TC, en julio de 1980.

«Dado que la Constitución es la razón de ser de nuestra institución, no había mejor lugar para celebrar este acontecimiento que en Cádiz, la ciudad del constitucionalismo español», ha resaltado en sus palabras desde el Oratorio de San Felipe Neri, donde se ha constituido este martes el Pleno del Tribunal y donde el 19 de marzo de 1812, las Cortes de Cádiz aprobaron la primera Constitución propiamente española, conocida como ‘La Pepa’.

Sobre esta norma, Conde-Pumpido ha señalado que fue la tercera Constitución del mundo en su momento tras las de los Estados Unidos de 1787 y la francesa de 1789. Aquella Constitución, ha aseverado, «fue revolucionaria», y por eso Cádiz es «un referente del liberalismo tanto en Europa como en América».

Pese a ser la Constitución «menos duradera de la historia española y una de las más accidentadas», en ella se establecieron por primera vez principios «fundamentales e indispensables hoy en día para nuestra democracia», como son la soberanía nacional, la independencia judicial, la fundación del Tribunal Supremo, la separación de poderes o la garantía de los derechos y las libertades individuales.

El presidente del TC ha matizado que el régimen constitucional de la Cádiz de 1812 «no es equiparable al actual» pero que desde entonces las distintas constituciones españolas han ido incorporando «importantes avances», hasta ser capaces en la actualidad de contar con «instrumentos eficaces para garantizar el equilibrio entre los poderes, lejos de las injerencias externas, lo que se traduce cada vez en mayor seguridad jurídica».

En el acto, en el que han estado presentes la vicepresidenta y los magistrados del Tribunal Constitucional, han intervenido también el alcalde de Cádiz, Bruno García, y el consejero de Justicia, Administración Local y Función Pública de la Junta de Andalucía, José Antonio Nieto.

El consejero andaluz ha señalado que Cádiz es testigo de «uno de los episodios más trascendentes de nuestra historia», como es la proclamación de la Constitución de 1812, junto a la ciudad vecina de San Fernando, que fue también escenario de «un hito fundamental en la evolución de nuestro ordenamiento jurídico y de los valores que hoy sustentan nuestro Estado de derecho».

José Antonio Nieto ha hecho referencia a la Guerra de la Independencia en la que estuvo sumida el país entre 1810 y 1812 contra los franceses, una etapa en la que Cádiz «resistió heroicamente el asedio francés, convirtiéndose en el último bastión de la soberanía española y en el refugio de las Cortes que redactaron la primera Constitución del país».

«Esa historia de resistencia, de coherencia y de defensa de las libertades es extensible a toda Andalucía, que hoy es una comunidad comprometida con los valores constitucionales del 12 y del 78, a los que seguimos leales a pesar del lastre de los populismos, de la polarización y el sectarismo», ha manifestado en su intervención en este acto institucional.

Hilando con esto, ha valorado que el Pleno del Tribunal Constitucional celebrado en Cádiz cuando celebra su 45 aniversario «es mucho más que un mero acto institucional», es «un tributo a nuestra historia, a aquellos hombres y mujeres que en tiempos de adversidad supieron poner las bases de un nuevo orden basado en la soberanía nacional, la división de poderes y la garantía de los derechos y libertades de los ciudadanos».

Bruno García, alcalde de Cádiz, ha señalado que su ciudad fue en tiempos de la Constitución de ‘La Pepa’ «un faro de luz en tiempos de oscuridad», añadiendo que «en un país que estaba sitiado, España tuvo aquí, en el sur, un refugio de las instituciones del Estado».

«Con ello dimos a la nación una herramienta para construir un futuro mejor, con más libertad y justicia. Los diputados que estuvieron aquí hace más de dos siglos tuvieron una visión de futuro, de modernidad y de avances para una sociedad que seguía muy atrasada. En ese espíritu de progreso está la Carta Magna que defienden hoy en día. La de 1978 es heredera de la de 1812, porque ya los diputados doceañistas fueron capaces de acordar una norma que anhelaba una nación más moderna», ha argumentado el alcalde gaditano en este acto.

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