Emilio Castelar fue uno de los máximos representantes del republicanismo moderado o conservador, como lo demostraría en su etapa como último presidente de la Primera República. En este trabajo nos detendremos en la fase última de su carrera política, una vez restaurada la Monarquía en la figura de Alfonso XII.
Cuando se produjo la Restauración, Castelar se encontraba de viaje y decidió permanecer en París. De esta etapa es su obra Un año en París (1875). Cuando regresó a España ingresó en la Real Academia Española y en la Real Academia de la Historia. Y decidió también regresar a la política activa, ya que fue elegido diputado por Barcelona en las primeras Cortes de la Restauración. En el Congreso de los Diputados lideró la opción del posibilismo republicano, es decir, la postura de aquellos republicanos, generalmente los más moderados o conservadores, que pretendía colaborar con el nuevo régimen, no cuestionando su carácter monárquico, para democratizarlo. Para ello creó el Partido Democrático Posibilista en el año 1876. El órgano de prensa de la formación era el periódico madrileño “El Pueblo Español”. Castelar defendió con su habitual fuerza verbal el establecimiento del sufragio universal, la libertad de cultos y el servicio militar obligatorio en las Cortes. El Partido tuvo cierta implantación en Cataluña con Eusebi Corominas i Cornell y Eusebi Pascual i Casas. Ambos fundarían en 1878 el diario “La Publicidad”. Corominas comenzó militando realmente en el republicanismo federalista pero en la Restauración se inclinó hacia las posiciones de Castelar. Posteriormente estaría en Solidaridad Catalana, y fue diputado en varias legislaturas en el Congreso por Girona, además de alcalde accidental de Barcelona. En Mallorca destacaría Joaquim Fiol i Pujol, director de “La Opinión” y de “El Iris del Pueblo”, periódico fundamental del republicanismo balear, primero en la línea federal y luego en la posibilista. Fiol había sido amigo de Castelar y fue uno de los protagonistas de la Revolución de 1868 en las Islas Baleares, siendo elegido diputado en dos ocasiones. En la Restauración, ya en las filas del Partido Demócrata Posibilista, volvería a ser elegido diputado.
La opción política e ideológica posibilista terminaría desembarcando en el Partido Liberal. Cuando los liberales dominaron el poder ejecutivo en tiempos de la Regencia de María Cristina, Castelar y sus partidarios consideraron que el programa político de Sagasta recogía gran parte de sus demandas, como la Ley del jurado y el sufragio universal, aunque, como es bien sabido, no evitaría las consecuencias del caciquismo, no consiguiendo democratizar el sistema político. Castelar decidió retirarse de la vida política y recomendó a los suyos que ingresaran en la formación política liberal hacia 1893. En todo caso, aunque retirado, criticó con fuerza la actuación de los gobiernos españoles en la crisis de 1898. Al año siguiente moriría en San Pedro del Pinatar.