El próximo jueves 16 eligen los y las socialistas de Cádiz a su nueva Comisión Ejecutiva Municipal. Al grupo de mujeres y hombres que tendrán la esencial tarea de gobernar democráticamente su vida interna y además, que no es menos importante, el encargo de preparar al partido para las próximas elecciones municipales. La dirección política que elija la militancia socialista tendrá pues una responsabilidad enorme y una tarea de no menores proporciones. Para entender esta importancia hay que comenzar por leer el contexto, por ver que ha pasado en los dos últimos años y qué ocurre en estos momentos en nuestra ciudad. Cuando se desbancó a la derecha del gobierno municipal se abrió un periodo de esperanza pero no exento de incertidumbres y temores. La fuerza política progresista que se hacía con la alcaldía de Cádiz era una formación nueva, muy nueva, aunque tanto el alcalde como alguno de sus componentes arrastraban ya su experiencia tanto política como sindical o un historial de eso que ellos mismos dan en denominar activismo social. Al lado de este grupo, como apoyo y muleta de gobierno, se encontraban los restos de Izquierda Unida amalgamada con ciudadanas y ciudadanos que venían trabajando en la construcción de un proyecto de gobierno sobre la base de la participación ciudadana. Frente a ellos, el PP, la vieja derecha, y Ciudadanos, la nueva derecha. En medio de este totum revolutum político un Partido Socialista que pese a los pobres resultados electorales se convertía en la llave para acceder al gobierno municipal.
La presión sobre los socialistas fue intensa y muy dura. Al final se dio la alcaldía y el gobierno de la ciudad a los nuevos y quedó el grupo del PSOE no en el centro de una tormenta sino más bien de una auténtica galerna política diaria en la plaza de San Juan de Dios. Desde entonces el desencuentro entre las izquierdas ha sido constante, duro, un rosario de reproches de ida y vuelta, basta leer la prensa y los blogueros locales para ver el panorama en el que se desarrolla la política local gaditana.
En su día muchos mantuvimos que era necesario, prioritario y urgente para la ciudad el que el Partido Socialista entrara a formar parte del gobierno municipal. El grupo de concejalas y concejales socialistas habría aportado un nivel de talento nada despreciable para la buena gobernanza de la ciudad.
Pero eso es ya historia, en política una semana es un siglo, y el PSOE tiene el día 16 la oportunidad de reorganizarse, de apostar por nuevas estrategias y movimientos que le posicionen de cara a las elecciones de 2019. Unas elecciones que todos sabemos se están jugando ya, desde ahora mismo y hasta junio de ese año electoral.
¿Cómo tendría que ser la ejecutiva que liderara al socialismo gaditano hasta esa fecha? No hay fórmulas de ciencia exacta que nos dé una solución de manual. Hablamos de relaciones sociales, de poder, de hombres y mujeres con sus cargas y sus cualidades, lo social y lo político funcionan de otra manera, movidos por valores, intereses, ambiciones e ideales. Por ello lo mejor que podemos aportar son sin duda alguna las cualidades y propuestas que deberían tenerse en cuenta a la hora de elegir ese grupo de mujeres y hombres que contribuyan y ayuden en el buen gobierno de esta ciudad. Lo primero, claro y esencial, a mi entender, es la necesidad de ser un grupo de consenso, esa palabra tan denostada en la actualidad pero tan necesaria en el PSOE gaditano. Un consenso interno, local, de la militancia de la ciudad de Cádiz, construido como se construyen los consensos. O sea, desde la negociación, la ausencia de vetos, la búsqueda de lo que une y, por supuesto ya que somos personas, tragándose cada uno algo de sus propias bilis.
En segundo lugar se precisa tener un programa tanto interno como hacia la ciudad. El programa interno está ya escrito, lo determinó el 39 congreso, el del triunfo del pedrismo y es en esencia un partido más abierto, transparente, ligado a la sociedad y sobre todo a los sectores más débiles, una organización donde se cumpla sin excepciones el mandato de “un militante, un cargo”. Un partido con otro modelo de militancia y de liderazgos, más contemporáneos, una tarea no sencilla ni fácil pero si claramente mandatada por el congreso federal. Y el programa externo es el que esta nueva ejecutiva debe construir en base a la experiencia acumulada del PSOE de Cádiz, las demandas ciudadanas y el talento de su militancia. Una ejecutiva sin hipotecas, cuando decimos sin hipotecas es eso, sin sumisiones a ninguna administración o institución, la gobierne quien la gobierne. En esto último, la dignidad de la ciudad de Cádiz maltratada los últimos tiempos, es una exigencia imperativa e innegociable.
Aggiornamento interno y orgánico que modernice y rejuvenezca el PSOE gaditano, construir alternativa municipal pensando en Cádiz y en su ciudadanía en serio, esas son las dos grandes líneas de trabajo que debería encarar una ejecutiva local del socialismo gaditano. ¿Alguien apuesta por ello? Me apuntaría, llega el momento de comprometerse y elegir.
Y el lunes más, aterrizando.