Rafael Zornoza afronta un proceso canónico por hechos denunciados de los años noventa y su relevo podría ser inminente tras la revelación pública del caso.

La Iglesia se prepara para una salida inminente del obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, después de que se haya hecho público que el Vaticano mantiene abierta una investigación por presuntos abusos a un menor cometidos en los años noventa, cuando era sacerdote en la diócesis de Getafe. La información, adelantada por El País, ha precipitado los movimientos internos y sitúa a la diócesis gaditana en el centro de una crisis inédita dentro de la jerarquía eclesial.
La Santa Sede abrió en verano una investigación preliminar tras recibir una carta del denunciante, que afirma haber sufrido agresiones cuando tenía 14 años y que, según su relato, se prolongaron hasta los 21. En su escrito, remitido al Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el denunciante sostiene que los hechos se produjeron durante noches en el seminario y describe tocamientos, caricias y besos, una situación que —según su versión— continuó después de alcanzar la mayoría de edad y que Zornoza habría justificado como una “amistad íntima”. Afirma que su motivación al denunciar es evitar que “lo que me pasó a mí le pueda pasar a otro niño”.
Pese a la apertura del caso, ni el Vaticano ni la Iglesia española aplicaron medidas cautelares durante los cuatro meses posteriores al inicio de la investigación. Durante este periodo, Zornoza ha continuado con su actividad habitual y en contacto con menores.
El caso se ha convertido en un asunto de máxima sensibilidad para la Conferencia Episcopal. La investigación fue delegada en el Tribunal de la Rota, bajo la responsabilidad del arzobispo de Sevilla, y continúa abierta. La salida del obispo de Cádiz podría materializarse a través de la aceptación de su renuncia —presentada automáticamente en 2024 al cumplir 75 años— o mediante su apartamiento cautelar, opciones que se consideran viables desde el pasado verano pero que la repercusión mediática ha acelerado.
Fuentes eclesiales consideran que se trata de una situación extraordinaria, dado que el papa León XIV podría intervenir directamente, un escenario poco habitual en procedimientos internos de este tipo.
Zornoza ha negado en un comunicado todas las acusaciones, que califica de “falsas”, y ha anunciado que suspende su agenda pública. También ha revelado que padece un cáncer agresivo que requiere tratamiento, una circunstancia que añade complejidad al proceso de relevo episcopal.
Mientras el Vaticano continúa con la investigación preliminar, en la diócesis de Cádiz y Ceuta se espera una decisión inminente sobre el futuro del obispo, en un contexto marcado por la gravedad de las denuncias y por la tensión interna generada en la Iglesia española.
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