España supera por primera vez una población activa de 25 millones de personas
España supera por primera vez una población activa de 25 millones de personas tras el aumento del empleo y el impulso de la inmigración, según un informe de Randstad Research.

España ha superado por primera vez el umbral de los 25 millones de personas en población activa, un hito histórico que refleja el actual momento expansivo del mercado laboral y el impacto directo de la inmigración en la economía nacional. Este avance se produce en un contexto de crecimiento sostenido del empleo, reducción del desempleo y buenas perspectivas macroeconómicas de cara a 2026.
Según los últimos datos disponibles, la población ocupada alcanzó en el tercer trimestre del año un total de 22,38 millones de personas, lo que supone un incremento de 564.000 ocupados en los últimos doce meses. Esta cifra incluye tanto a trabajadores asalariados como a personas que desarrollan su actividad por cuenta propia y representa el mayor nivel de empleo registrado hasta la fecha en España.
El aumento de la población activa y ocupada se explica, en gran medida, por la llegada de trabajadores extranjeros. En la actualidad, el 16% de los ocupados en España son personas con nacionalidad extranjera, mientras que un 6% cuenta con doble nacionalidad. En conjunto, estos colectivos desempeñan un papel clave en la cobertura de la demanda de empleo y en el dinamismo del mercado laboral. El 78% restante de los ocupados corresponde a trabajadores con nacionalidad española.
El informe El mercado de trabajo en 50 titulares, elaborado por Randstad Research a partir de datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística y de los ministerios competentes, subraya que el crecimiento del empleo observado en el último año no sería posible sin la aportación de la inmigración. Desde el servicio de estudios de Randstad se destaca que el mercado laboral español está absorbiendo mano de obra en un contexto de expansión económica generalizada.
Este crecimiento del empleo ha ido acompañado de una reducción significativa del desempleo. Al cierre del tercer trimestre, la tasa de paro se situó en el 10,45%, lo que supone casi ocho décimas menos que el 11,2% registrado en el mismo periodo del año anterior. De forma paralela, la afiliación a la Seguridad Social mantuvo una evolución positiva, con un crecimiento interanual del 2,35% en el mes de septiembre.
Las previsiones apuntan a que esta tendencia se mantendrá durante el próximo ejercicio. Las estimaciones de Randstad Research indican que en 2026 la población ocupada alcanzará una media anual de 22,67 millones de personas, lo que supondrá un crecimiento del 2,1% respecto a 2025. Aunque el ritmo de creación de empleo será algo inferior al del presente año, se espera que continúe siendo sólido. En este escenario, la tasa de paro se situaría de media en el 10,2%.
El buen comportamiento del mercado laboral también se refleja en la tasa de temporalidad, que al cierre del tercer trimestre se redujo hasta el 15,6%, seis décimas menos que un año antes y el nivel más bajo registrado en la economía española. No obstante, persisten diferencias significativas entre el sector público, donde la temporalidad alcanza el 27,1%, y el sector privado, que se sitúa en el 13%.
En materia salarial, el informe señala una desaceleración en el ritmo de crecimiento de los salarios pactados en convenio. Hasta septiembre, la subida salarial media se situó en torno al 3,3%, seis décimas por debajo de la registrada un año antes, en línea con un contexto de moderación tras los repuntes asociados a la inflación de ejercicios anteriores.
Pese a estos avances, España continúa situándose a la cola de la Unión Europea en tasa de actividad. En septiembre, esta se situó en el 59,3%, con una brecha de 9,4 puntos porcentuales entre hombres y mujeres. Esta menor tasa de actividad se explica, en gran medida, por la reducida participación laboral de las personas mayores de 55 años, debido a prejubilaciones y abandonos prematuros del mercado de trabajo, así como por una menor participación femenina a partir de los 50 años.
No obstante, si se analiza la tasa de actividad en la franja de edad de 15 a 64 años, España alcanza el 75%, apenas 0,8 puntos por debajo de la media europea. Esta tasa es superior a la de Italia y similar a la de Francia, aunque todavía alejada de la registrada en Alemania. El nivel formativo también resulta determinante, ya que la tasa de actividad de las personas con estudios universitarios o de Formación Profesional se sitúa muy por encima de la media nacional.
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