Fue el 12 de junio de 1992 cuando el Ilustre Colegio de Abogados de Cádiz contaba con su propia sede. Era la casa profesional de los abogados de aquel entonces y de la actualidad.
Durante la efeméride celebrada ayer tarde en el Colegio de Abogados de Cádiz, el Secretario, José Mendoza, procedió a la lectura del acta que contenía el proceso de adquisición de la parcela y la posterior construcción de este edificio que, hoy por hoy, no solo aglutina los servicios destinados a los colegiados, sino a la ciudadanía, a través del servicio de Turno de Oficio.
El día de la inauguración de aquel entonces contaba con la presencia del presidente del Consejo General de la Abogacía, el presidente del Consejo Andaluz, de la Mutualidad de la Abogacía, del alcalde de Cádiz y una amplia representación institucional. Un evento histórico alabado por los medios locales.
Tras estos 25 años se han sucedido grandes hitos como el homenaje en 1997-98 a José María Pemán y a José Antonio Pérez con la presencia del Obispo de Cádiz; en 1998, la reunión de los miembros del Consejo Andaluz; en 1999-2010, la máxima consolidación de la sede como el lugar idóneo para la celebración de los actos relacionados con la Abogacía gaditana, tales como tomas de posesión, entrega de medallas, diplomas, actos de escuela de Prácticas Jurídicas, así como la firma de importantes Convenios, Jornadas formativas y diversos cursos. En 2011, Cádiz acogió el X Congreso Nacional de la Abogacía con motivo de la conmemoración del Bicentenario de la Constitución de 1812. Asimismo, en 2015, la sede también acogió el 225 aniversario del Colegio. Además, en estos últimos 25 años cabe destacar también la creación de la Asociación de Jóvenes Abogados de Cádiz.
El Colegio mira atrás y hoy recuerda la incesante labor de los cuatro decanos y sus respectivas juntas de Gobierno: Julio Ramos, que recibió el homenaje de toda la Abogacía; José Antonio Gutiérrez Trueba, Cruz de Honor de la Orden de San Raimundo de Peñafort; así como José Manuel Jareño y el actual, Pascual Valiente Aparicio, con sus respectivas Juntas de Gobierno.
Fue precisamente Julio Ramos Díaz quién presentó al conferenciante de honor del acto, Eugenio Gay Montalvo, ex presidente del Consejo General de la Abogacía y ex miembro del Tribunal Constitucional. “Tenía una idea de decano, quizá una persona mayor; pero me encontré con un decano de 42 años”.
Durante su intervención, Eugenio Gay Montalvo, ex presidente del Consejo General de la Abogacía y ex miembro del Tribunal Constitucional, relató al auditorio la evolución a la que se ha enfrentado la abogacía en estos últimos 25 años, destacando el papel fundamental de la deontología y la presencia de la abogacía en la sociedad, sobre todo, en Cádiz, donde se jugó un papel fundamental.
Han sido épocas realmente bonitas. Recuerdo cuando se inauguró esta sede. Aquí he pasado momentos fundamentales de mi vida. Sobre todo, cuando el Tribunal Constitucional celebró un acto jurisdiccional en el Oratorio de San Felipe Neri, en el Bicentenario, el 19 de marzo de 2012. Tenía la sensación de que estaba en un momento dentro de la historia, en aquellas paredes parecía escuchar los debates de aquel momento épico y precioso de España, en Las Cortes. En aquel Oratorio, en 1812, dos terceras partes fueron abogados, juristas que hicieron posible uno de los textos jurídicos más importantes del Constitucionalismo mundial. Fue en Cádiz cuando los españoles pasamos a ser ciudadanos y el Rey pasó a ser Constitucional y dejó de ser soberano. Decía un gran jurista y amigo, Paco Tomás y Valiente que «las instituciones se defienden desde dentro y la responsabilidad de quienes están al frente de ellas es total y absoluta porque de ellos depende el buen juicio que de ellas tengan los ciudadanos. Esos abogados, en Cádiz, fueron fundamentales para constituir un Estado de Derecho incipiente”, recordó. En su exposición defendió el papel de los Colegios de Abogados españoles como elementos fundamentales en la vertebración del Estado de Derecho.
Previa a la clausura del acto por parte del Decano de ICA Cádiz, Pascual Valiente, tuvo lugar la entrega del diploma acreditativo a los miembros de las Juntas de Gobierno de los últimos 25 años. Pascual Valiente Aparicio añadió que “no solo celebramos un acto de construcción memorial y lo que representa la tenencia de una casa propia; es un acto casi íntimo de compañeros y lo diseñamos sin protocolo alguno. Hemos entendido que los protagonistas de la vida de la sede colegial son todos ustedes, los abogados que habéis permitido, con una trayectoria de 227 años, que por primera vez tuviéramos una sede propia. Además, agradezco el esfuerzo, por estar aquí, del Decano del Colegio de Barcelona, vicepresidente y compañero nuestro”.
Sobre el papel de Cádiz y de los abogados, Valiente subrayó la importancia de la independencia y el papel que juega el contar con una sede propia. “No tendría lugar el que el Colegio de Abogados residiese en la dependencia jurídica ya que el abogado institucional ha de ser independiente. Es una responsabilidad que nuestra sede sea cosa de todos los abogados, sin distinción ninguna, y donde nos hemos de sentir seguros, tutelados, protegidos y amparados”.
Una vez finalizada la intervención, los abogados gaditanos brindaron por la continuidad y evolución de la profesión, por muchos años más, con una copa de vino español.