El 22 de abril de 1519 Hernán Cortés pisó tierras mexicanas y el mundo dio un giro de 360 grados. Hace ya 500 años inició la conquista española en tierras americanas. Por supuesto, no es sencillo analizar esta parte de la historia. Desde entonces sucedieron innumerables cambios en la vida de los indios.
Al mismo tiempo, surgieron voces que defendieron los derechos indígenas, a quienes los españoles maltrataron y los consideraban incluso menos valiosos que los animales. Por si fuera poco, señalaron que estos seres humanos no tenían alma, por lo cual no podían recibir el mismo trato que el resto de personas. Mientras los negros tenían un valor por el trabajo que realizaban, los indios eran simples objetos.
Uno de los más grandes defensores de los indios fue el fraile Bartolomé de las Casas. Aunque no fue el único. Otros claros ejemplos son Fray Junípero Serra, Francisco Javier de Clavijero, Fray Juan de Zumárraga, Pedro de Gante y Vasco de Quiroga, por mencionar algunos.
Bartolomé de las Casas, obispo de Chiapas, se dedicó a defender los derechos indígenas en contraposición a sacerdotes como Juan Ginés de Sepúlveda, quien sostenía que las conquistas eran necesarias para el adelantamiento cultural de España. Asimismo, señalaba que los pueblos conquistados recibían el evangelio, con lo cual se instruían para estar a la altura de los conquistadores.
La defensa de los derechos indígenas fue necesaria para que los esclavos salgan de esta condición de simples homínidos. La evolución se habría retrasado demasiado si se alargaba más el martirio y trato al cual estaban sometidos. Bartolomé de las Casas tuvo la difícil labor de probar de forma jurídica y teológica la condición humana de los seres que poblaban el continente americano.
La historia de la evolución de la condición indígena aún es debatida ampliamente en congresos, foros y eventos académicos en la que participan historiadores de ambos continentes. De acuerdo con el especialista de REVIEWBOX, Alejandro González, la historia de la conquista americana ha quedado plasmada en el legado histórico que intelectuales escribieron en su tiempo y que aún son materia de debate.
“Los libros de historia y hemerotecas en general ofrecen enfoques distintos de la evolución de las culturas occidentales, las cuales nos brindan herramientas para una mejor comprensión de lo que sucede en nuestros tiempos y nos permiten anticiparnos al futuro. La historia en numerosas ocasiones es cíclica”, sostiene.
La diversidad de ideas en cuanto al reconocimiento indígena enriqueció un debate que finalmente prosperó en beneficio de los pueblos conquistados. La tesis de Sepúlveda estaba inspirada en las ideas aristotélicas (el fuerte debe dominar al débil). En tanto, Bartolomé de las Casas basaba su pensamiento en las tesis de San Agustín acerca del “libre albedrío”. Por todo ello, sus ideas se enfocaban en que los hombres nacen “libres e iguales”.