Mientras la derecha española se presenta unida a las elecciones, aglutinando a la extrema derecha en sus filas, la izquierda se presenta de mil y una maneras. Así es muy difícil ganar elecciones y aún lo es más desarrollar políticas de izquierda. La derecha política no está sola y además demuestra una gran iniciativa política. Mientras la izquierda suele estar a la defensiva y acomplejada para defender sus valores.
La derecha, con la experiencia vivida durante la dictadura es maestra en el uso y control de las instituciones del estado, valiéndose de los medios de comunicación de masas, y su influencia económica para imponer su modelo, servil al capital financiero y a los monopolios, precipitando las privatizaciones, la venta de lo público, la desregulación laboral y todos los demás aspectos del programa económico neoliberal, consiguiendo la fragmentación social y el fomento del antipartidismo.
La izquierda, en cambio limita su trabajo político a las reglas de juego de la derecha, primero pacta la transición, luego acepta la monarquía, y termina apoyando una constitución vacía y que a los hechos nos remitimos, derechos al trabajo, a la vivienda, etc.… ¿Dónde están esos derechos? O la izquierda cambia o la derecha seguirá gobernando como los hicieron en los casi 40 años de dictadura, y que por cierto aun no han condenado.
Un insigne socialista en un homenaje a Pablo Iglesias nos marcó lo que debe ser la especificidad de un partido de izquierda. “Para ser socialista hay que serlo de verdad y claro es que al partido socialista no se le puede pedir que sea cosa distinta de lo que es. Es un partido que pugna por la emancipación del proletariado, y en la liberalización del proletariado funda toda su significación intelectual y moral.
En un mundo que sigue siendo injusto como el actual, es cuando es más necesario aferrarnos al pasado, entendiendo ello, como un reconocimiento a personas que nos dieron un ejemplo intachable de compromisos con los más necesitados.
Puede que sus métodos no sean los idóneos en el mundo actual pero lo que siempre tendrán vigencia será sus ideas de hombres sanos y limpios de corazones humildes que trabajaron por conseguir una España y un mundo mejor, por eso hoy más que nunca reivindicamos el SOCIALISMO como la alternativa al Capitalismo salvaje generador de crisis.