Loa árboles y arbustos para la mejora ambiental urbana proceden de los tres viveros de la Diputación
El área de Transición Ecológica y Desarrollo Urbano Sostenible ha hecho balance del Plan Provincial de Arbolado Urbano 2019-2020, que ha permitido la distribución de un total de 34.664 unidades de material vegetal, compuesto por distintas especies de árboles y arbustos. Un material que ha llegado a 40 municipios, entidades locales autónomas, barriadas rurales y a distintas instituciones que solicitaron acogerse al plan, que ha tenido que sortear las dificultades planteadas por las circunstancias excepcionales de la COVID-19.
Mario Fernández, vicepresidente segundo de la Diputación y responsable del área mencionada, ha reiterado que este plan anual «busca mejorar la imagen urbana de las poblaciones, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y contribuir a combatir los efectos del cambio climático».
De las 34.664 unidades, 30.754 corresponden a arbustos y 3.910 a árboles de distintas especies, que se cultivan en los tres viveros de la Diputación que se ubican en Chipiona, para la producción de semillas y estaquillado (enraizado de plantas) de un año de vida, en Jerez de la Frontera, dedicado a la producción de plantas ornamentales que decoran los jardines públicos, y en Villamartín, para la producción de árboles autóctonos como algarrobos, encinas, fresnos, olmos, entre otros.
Además de las localidades provinciales el plan también ha atendido las peticiones efectuadas por el Complejo El Madrugador en El Puerto de Santa María, la Vía Verde de la Sierra, la Universidad de Cádiz, la Asociación Río Limpio de Trebujena y el colegio público Cuartillo de la barriada rural jerezana Cuartillos.
Desde 1996 el plan contempla la cooperación con los municipios, con especial atención a los de población menor a los 20.000 habitantes, e instituciones de la provincia, proporcionando la cesión de diversas especies arbóreas que contribuyen a la mejora ambiental y urbana. También se persigue ayudar a los ayuntamientos a que puedan cumplir con sus competencias en relación con el medio ambiente y su protección.
Cada vez la ciudadanía pide más espacios verdes dentro de sus pueblos y ciudades y considera que una falta de árboles y arbustos en parques y jardines, ya sean públicos o privados, en paseos, alamedas, bulevares o en calles y plazas, ocasiona una pérdida en la riqueza y variedad medioambiental urbana, dado que aportan un equilibrio ecológico, no solo ejerciendo funciones reguladoras y depuradoras de carácter ambiental, sino ofreciendo también abrigo y protección a la fauna y la flora silvestre, según informa Transición Ecológica y Desarrollo Urbano Sostenible.
Por otro lado árboles, arbustos y plantas ornamentales desarrollan funciones paisajísticas e integradoras en el medio urbano e incluso proporcionan un bienestar psicológico para la sociedad, con lo que su falta o pérdida conlleva una disminución en la calidad del medio y en la vida de los habitantes.