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Dom. Nov 24th, 2024

retratoAntonio Alcalá-Galiano ( 1789-1865) fue un destacado miembro del liberalismo español, recorriendo el camino desde el liberalismo exaltado de su juventud al moderado en su madurez. En este artículo nos acercaremos a su figura.

Antonio Alcalá-Galiano fue hijo de Dionisio Alcalá-Galiano, importante científico, cartógrafo y combatiente en Trafalgar, una figura harto interesante, sin lugar a dudas. Antonio nació en Cádiz. Comenzó la carrera militar pero muy joven se interesó en la política y abandonó dicha carrera, vinculándose al naciente y pujante liberalismo español. Estuvo en los preparativos del pronunciamiento de Riego que terminaría llevando al Trienio Liberal. En este intenso período nuestro protagonista perteneció al grupo de los exaltados y se destacó como orador en la Sociedad Patriótica de “La Fontana de Oro”, así como en las Cortes. Fue quien tuvo que proponer la incapacidad del rey Fernando VII cuando las Cortes se trasladaron a Sevilla en el convulso final del Trienio. Al restaurarse el absolutismo con el triunfo de los realistas y de los Cien Mil Hijos de San Luis tuvo que marcharse al exilio. Decidió recalar en Inglaterra. Y allí comenzó a evolucionar su pensamiento político. El conocimiento del sistema político inglés de alternancia entre dos partidos le convenció de la necesidad de moderarse.

Establecido el régimen político del Estatuto Real de 1834 se volvió a implicar en política. En 1836 se significó por su firme oposición a las políticas del progresista Mendizábal. Esa férrea crítica le valió ser nombrado ministro de Marina en el gobierno de Istúriz en mayo de 1836. Al caer este gobierno se marchó a Francia, regresando en 1837.

Alcalá-Galiano pasó a ser uno de los máximos líderes del Partido Moderado, junto con Martínez de la Rosa y Toreno. Su pensamiento liberal conservador se reflejó en las Lecciones de Derecho Político Constitucional, que dictó en el Ateneo de Madrid y que luego publicó.

Muy posteriormente tuvo un efímero protagonismo político cuando Narváez le nombró en 1865 ministro de Fomento. Pero en plena reunión del gabinete que discutía sobre los sucesos acontecidos en la noche de San Daniel, en la larga crisis final del reinado de Isabel II, enfermó, muriendo al poco tiempo.

Póstumamente se publicaron en 1878 sus Recuerdos de un anciano, interesantes memorias políticas que ayudan a comprender a esta figura. Alcalá-Galiano fue, además, un destacado periodista.

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