El alcalde de Jun, un socialista tocapelotas del oficialismo, ha hecho públicos en twitter los datos de cuánto se han movido en Internet los actos de Pedro y Susana, o de Susana y Pedro. Y he aquí que la chica de la ambición permanente sale malparada. Yo no entiendo mucho de estas cosas pero parece que el éxito se mide en impactos y que, !oh sorpresa!, mientras que el acto de la ambiciosa con Zapatero en Jaén tuvo tres coma ocho millones de impactos, el de los rebeldes con causa tuvo veintisiete coma nueve millones. O sea, que #Sevillaconlamilitancia le ha dado una buena paliza digital a las ambiciones de Doña Susana.
Yo lo entiendo, en las redes, en el mundo digital no se prodigan mucho aquellos que el dedo de la jefa incluye en el BOJA o en el boletín correspondiente. Bastante tienen las criaturitas con la ración diaria de peloteo y de demostración pública de lealtad, tomen aire, a aquella que con manos firmes nos conduce por el sendero de gloria y triunfo que desembocará en el culmen de su ambición. Y claro, eso de estar dándole al twitter, al Facebook o cuanto invento de esos haya es más bien cosa de desocupados y aburridos. Ya sabemos que los acólitos de la ambiciosa líder son gente seria que se pasa también el día, más bien el ratito diario que dedican a sus cargos y responsabilidades, en sesudas sesiones de búsqueda de soluciones y alternativas para Andalucía. Así nos va.
Todos tienen la ambición por un defecto, por una cualidad de desmesura que corrompe el alma del hombre, también el de la mujer y al caso me remito. Pero se equivocan, nos equivocamos, la ambición puede ser, es según el ejemplo de Susana, simplemente la expresión de un espíritu generoso. Si, de verdad, su ambición no es para ella, ¡qué va!, es una ambición dirigida al bien y la felicidad de los militantes socialistas, de los votantes del PSOE, de los ciudadanos, primero de Andalucía y después de España entera. Quien sabe si en un futuro no muy lejano su ambición culmina en darnos la felicidad a todos los habitantes del planeta.
Yo estoy por esta línea de pensamiento. Ella, lady ambición, no hace otra cosa que pensar en nosotros, sabe que nuestra destino y el suyo están unidos por nudos más que gordianos. Cuanto más alto escale en el mundo de la política, del mando, de la gloria pública, pues mejor para nosotros. La sanidad funcionará como un reloj, la educación será la envidia de Finlandia, las carreteras amplias autovías, el paro será no más que un triste recuerdo y, colmo de satisfacciones, pasaremos de culo a cabeza de Europa. Perdón por lo de culo, pero es que me puede la emoción. ¿No es para comérsela la dama? en el buen sentido, claro, que se trata de un valor irremplazable para el socialismo y la izquierda en general.
¡Cuánto tiempo perdido con Manuel Chaves! ¿Nadie adivinó el valor de esta dama cuando aun era una adolescente en las Juventudes Socialistas? ¿Nadie reparó en sus muchas cualidades intelectuales y morales? ¿No hubo quien adivinara bajo su angelical rostro a la lideresa que Andalucía, España y la Humanidad necesitaban? Lo dicho si en su momento hubiéramos dado el empujón a Chaves y colocado en su lugar a Susana, hoy no habría quien nos tosiera. Dirán ustedes que era muy joven entonces, ¿acaso no era joven Alejandro cuando conquistó el mundo? ¿quizás no era casi una niña Juana de Arco cuando infundió valor y dignidad a los franceses para expulsar a los ingleses de su tierra? Tenemos una Juana de Arco, una Alejandra Magna y no lo sabemos valorar.
Pienso en el día en que consigue culminar todas sus ambiciones y un escalofrío me recorre la espina dorsal varias veces en un segundo. ¿Y si lo consigue? me pregunto. Y por primera vez en cuatro décadas entro en una iglesia, me arrodillo y clamo con el pensamiento «¿No serás capaz de esto?».