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Sáb. Nov 23rd, 2024

Catalanismo y Ejército en torno a la Ley de Jurisdicciones

En estos tiempos de conflictos en relación con el derecho a decidir de Cataluña, y sobre la legislación que castiga severamente las ofensas a los símbolos nacionales españoles nos vamos a principios del siglo XX para entender algunas cuestiones.

Los hechos acontecidos en la noche del 25 de noviembre de 1905 en las redacciones barcelonesas de la revista ¡Cu-Cut! y el diario La Veu de Catalunya suponen un capítulo muy importante en la historia de la crisis del sistema político de la Restauración, de las relaciones entre el poder civil y el militar, y entre el poder central y el catalanismo. De estas cuestiones trata el presente artículo.

El 12 de noviembre de 1905 se celebraron elecciones municipales. En Barcelona ganaron la Lliga Regionalista y los republicanos frente a las fuerzas dinásticas tradicionales, conservadores y liberales, que pasaron a ser casi testimoniales. Había sido una intensa campaña electoral. Los republicanos obtuvieron más votos pero los catalanistas más concejales para formar una mayoría en el consistorio. Este hecho generó tensión.

La Lliga organizó un acto el día 18 de noviembre para celebrar el triunfo. Se trataba de una cena festiva en el Frontón Condal de Barcelona, era el Banquet de la Victòria. Al terminar el acto se produjeron enfrentamientos entre catalanistas y republicanos.

El día 25, la revista ¡Cu-Cut!, una revista cultural y de humor, vinculada a la Lliga y que se editó entre 1902 y 1912, sacó un número dedicado al banquete. El dibujante Joan García Junceda relacionó en un dibujo dicho episodio con el desprestigio del Ejército español, un tema ya recurrente en la prensa satírica de la época. El dibujo, en cuestión, reflejaba al fondo la entrada de los catalanistas al banquete, mientras dos personas, en primer plano, mantenían una conversación. Uno de dichos personajes era un militar vestido de gala pero de forma anacrónica; el otro personaje era un civil. Este era el diálogo que entablaron:

“-¿Qué se celebra aquí, que hay tanta gente?

-El Banquet de la Victòria.

-¿De la victoria? Ah, vaya, serán paisanos”

Era una sátira sobre el desprestigio del Ejército español después del desastre colonial del 98. Los militares no podían celebrar victorias. Pero el chiste fue censurado, por lo que no tuvo gran repercusión. Pero en los cuarteles de la guarnición de la ciudad corrió muy pronto la voz sobre el chista, considerándose como una ofensa muy grave al honor militar. Cientos de militares se concentraron en la Plaza Real en la tarde del día 25 de noviembre para preparar una acción en respuesta. Por la noche saquearon los locales de la imprenta y de la redacción de la revista ¡Cu-Cut! y de la redacción de La Veu de Catalunya. En estos episodios hubo enfrentamientos con civiles. La violencia terminó en la madrugada.

El Ejército aprovechó la circunstancia para obtener lo que pretendía desde hace tiempo, es decir, que las consideradas ofensas a la patria o al mismo ejército fueran delitos sujetos a la jurisdicción militar. Para ello, había que hacer una reforma legislativa. Se presionó con fuerza al gobierno, que terminó por suspender las garantías constitucionales en la provincia de Barcelona. Montero Ríos dimitió el 2 de diciembre cuando supo que el rey había hablado con altos mandos militares a sus espaldas.

El nuevo gobierno de Segismundo Moret, con Romanones como ministro de la Gobernación, admitió a trámite el cambio legislativo deseado por los militares. Se trataba de la Ley de Jurisdicciones, que modificaba el Código de Justicia Militar. La Ley se aprobó el día 22 de marzo de 1906 y entró en vigor al día siguiente. Por esta ley la jurisdicción militar podía juzgar las críticas al ejército, la bandera o cualquier símbolo nacional. Generó una intensa polémica parlamentaria y en la opinión pública. Unamuno impartió una conferencia contra dicha Ley en el Teatro de la Zarzuela. La Ley estuvo en vigor hasta el 17 de abril de 1931 cuando Azaña la derogó en el Gobierno Provisional de la República. El día 20 de mayo de 1906 se levantó el estado de excepción en Barcelona.

Otra consecuencia de esta Ley fue la creación de la Solidaritat Catalana, formada por los catalanistas de la Lliga Regionalista, los republicanos nacionalistas, los carlistas y los republicanos federales, manteniéndose al margen los partidos dinásticos –conservadores y liberales-, así como los lerrouxistas, contrarios a ultranza del catalanismo. La coalición fue presidida por el veterano Nicolás Salmerón. Solidaritat publicó un manifiesto el mismo día en que fue aprobada la Ley de Jurisdicciones. La coalición obtuvo un fuerte éxito electoral en las elecciones de abril de 1917, ya que obtuvo casi todos los escaños que mandaba Cataluña al Congreso de los Diputados. El catalanismo consiguió salir del marco barcelonés para extenderse por toda Cataluña.

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