Tampoco defraudó en su actuación la chirigota del Choza, pero sin llegar a romper. Un grupo que lo borda, que se vuelca en cada pase, pero que con algo más de calidad en el repertorio alcanzaría mayores cotas. Además de un uso continuado del acompañamiento gráfico para explicar las letras. Los pasodobles, metacarnavaleros. El primero es un elogio a la fiesta, justificando su candidatura a Patrimonio de la Humanidad. En el segundo lamentan la envidia y la hipocresía del mundo del Carnaval hacia sus más ilustres autores. Los cuplés del montón. En el primero a su hijo, que tiene una cara muy ancha; y el segundo a un meteorito que caerá sobre la Tierra en 2027.