El Canijo volvió a pegar fuerte un año más con el tipo de su chirigota ‘No valemo un duro‘ en preliminares. Ahora sin el factor sorpresa a su favor tiene que reivindicarse con un repertorio que en la fase anterior dio la impresión de tener mucha solidez.
En el primer pasodoble recuerdan a los abuelos y los caramelos que les regalaban de niños. Con el paso del tiempo continúa vivo su recuero cada vez que prueban alguna golosina. En el segundo pasodoble piden la paz haciendo mención a algunos de los conflictos y problemas que asolan el mundo.
Un primer cuplé en el imaginan al rey Felipe comprobando que la ropa de la reina Letizia le queda estrecha a su galgo y en el segundo a un vecino runner que publica todo su entrenamiento en las redes sociales, lo que aprovechan para hacerle una visita a su mujer.
El segundo cuplé ha sido con diferencia lo más destacado de la actuación de esta chirigota. Los pasodobles son muy del estilo del Canijo, pero no han conseguido levantar el vello como en otras ocasiones. Habrá que esperar a verlos en semifinales.