El Colegio de Farmacéuticos de Cádiz ha celebrado los actos centrales en honor a su patrona, la Inmaculada Concepción, festividad escogida para reconocer a aquellos profesionales vinculados a la corporación farmacéutica cuya labor ha contribuido al desarrollo y mejora de la prestación farmacéutica que llevan a cabo los casi 1.500 farmacéuticos comunitarios que trabajan en el medio millar de oficinas de farmacia repartidas de forma capilar por todo el territorio de la provincia gaditana.
En este sentido, cabe destacar la entrega del 30º Premio Juan B. Chape a Nicolás García-Máiquez Rosado, doctor en Farmacia y enólogo jefe de Bodegas González Byass durante años. Miembro de varias academias de farmacia, destaca su prolífica labor científica, reflejada en numerosos artículos que han visto la luz en las publicaciones más destacadas de la profesión. Esta distinción es el mayor reconocimiento profesional que el Colegio de Farmacéuticos de Cádiz otorga a uno de sus colegiados, y es tradición no desvelar el nombre de la persona distinguida hasta la celebración de dicho acto.
Con motivo de estas fiestas patronales, el Colegio de Farmacéuticos de Cádiz también ha distinguido al decano de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Sevilla, José Manuel Vega; así como a María Manuela Torrecillas, funcionaria de la Delegación Territorial de Salud de Cádiz. “La profesión farmacéutica vive en una constante evolución que le permite amoldarse de forma ágil a las necesidades en materia de salud que nos plantean los ciudadanos. Por eso, las corporaciones farmacéuticas encontramos en las instituciones académicas y en las administraciones públicas los aliados perfectos para mejorar nuestras destrezas, preparar mejor a los profesionales del mañana así como para ofrecerla respuesta más adecuada a la población. José Manuel Vega y María Manuela Torrecillas representan el mejor ejemplo de esa colaboración que engrandece nuestro sistema sanitario”, expuso el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Cádiz, Ernesto Cervilla, durante la entrega de los galardones.
Uno de los momentos más emotivos de este acto –celebrado este año en la bodega ‘Los Gigantes’ de González Byass– se ha vivido con la entrega del premio al colegiado decano, que este año ha recaído sobre Rosalía García Herruzo, quien hasta hace pocos años ha sido titular de la oficina de farmacia de la avenida de San Severiano, en la capital gaditana. “Rosalía es un espejo en el que todo profesional de la farmacia comunitaria desea mirarse. Ella es ejemplo de entrega y vocación de servicio por sus pacientes, representa precisamente ese modelo de farmacia que todos queremos llegar a ser”, comentó el presidente de los farmacéuticos gaditanos.
La celebración del acto institucional con motivo de las fiestas en honor de la patrona de la corporación farmacéutica son, tradicionalmente, momento para el reconocimiento y la distinción. Algo que, junto con las distinciones anteriores, quedó también patente con los reconocimientos que se hizo a los 16 compañeros que celebraron 25 años como colegiados y a los 18 que cumplieron sus 40 años de colegiación, a los que se entregó las correspondientes insignias de plata y oro, respectivamente, del Colegio. Por supuesto, este acto también sirve para dar la bienvenida de forma oficial a los nuevos colegiados. Este año, han sido 86 los profesionales farmacéuticos que han pasado a formar parte de la corporación farmacéutica gaditana, a los que Cervilla dio “de todo corazón las gracias por haber escogido uniros a esta gran familia profesional, en la que os invito a participar de forma activa con el fin de aportar, entre todos, el granito de arena necesario para construir juntos la farmacia que queremos ser y queremos aportar a nuestros pacientes y al conjunto del sistema sanitario”.
Otro de los puntos destacados del acto celebrado en la bodega ‘Los Gigantes’ de González Byass, fue la intervención del coach gaditano Ramón Barrera, especializado en asesoramiento para entidades y profesionales del ámbito sanitario, quien habló sobre la importancia de la comunicación en la Oficina de Farmacia, tanto de forma externa –como herramienta de relación con pacientes y otros profesionales sanitarios–, así como de forma interna, con el fin de favorecer un clima de trabajo estable y constructivo.