La Dirección General de Consumo, dependiente de la Consejería de Salud y Consumo, ha emitido un recordatorio enfocado en la relevancia de seleccionar gafas de sol considerando prioritariamente la salud ocular, por encima de criterios estéticos. Esto implica adquirir estos productos únicamente en establecimientos autorizados y de confianza, evitando lugares como puestos callejeros o de venta ambulante.
Al momento de la compra, es esencial prestar atención al etiquetado obligatorio que acompaña a las gafas de sol. Este debe incluir el marcado CE, indicativo de que cumplen con las normativas de seguridad y requisitos legales para su comercialización en la Unión Europea. Además, el etiquetado debe detallar el modelo de las gafas, la entidad fabricante o suministradora, así como el tipo de filtro utilizado (polarizado, fotométrico o degradado), junto con la referencia a la norma ISO 12312 para protección ocular y facial.
Es crucial comprender que no todas las gafas proporcionan la misma protección visual. Existen cinco categorías de filtro, desde la 0 hasta la 4, que determinan su eficacia frente al deslumbramiento y luminosidad. Mientras que las categorías 0 y 1 son adecuadas para luminosidades bajas, las de categorías 2 y 3 ofrecen protección media y alta, respectivamente. Las de categoría 4 brindan la máxima protección, pero no son aptas para conducir vehículos.
Para garantizar una elección adecuada, se aconseja consultar con profesionales de la oftalmología y la óptica. Es fundamental seguir las instrucciones de uso y conservación, así como prestar especial atención al adquirir gafas de sol para niños, descartando aquellas que no ofrezcan una protección adecuada contra las radiaciones ultravioleta.
En caso de algún problema con el establecimiento de compra, se recomienda presentar una hoja de quejas y reclamaciones y, preferiblemente, adquirir las gafas en establecimientos adheridos al Sistema Arbitral de Consumo.