Defensa compra un dron submarino por 6,34 millones para el nuevo buque BAM-IS de la Armada
El Ministerio de Defensa adjudica a la compañía noruega Kongsberg el suministro de un vehículo autónomo submarino para el Buque de Acción Marítima de Intervención Subacuática (BAM-IS), que construye Navantia en Cádiz.

El Ministerio de Defensa ha adjudicado un contrato por valor de 6,34 millones de euros a la empresa noruega Kongsberg para el suministro de un vehículo autónomo submarino (AUV), también conocido como dron acuático, que será incorporado al nuevo Buque de Acción Marítima de Intervención Subacuática (BAM-IS). Esta embarcación está siendo construida por Navantia en sus astilleros de Cádiz para la Armada española.
La operación fue formalizada a través del portal de contratación del Estado, donde se detalla que el sistema adjudicado incluye no solo el dron submarino, sino también un módulo de control, sistemas de lanzamiento y recuperación, así como equipamiento de monitorización, recepción y procesamiento de datos. El objetivo es dotar al BAM-IS de tecnología puntera para operaciones subacuáticas de salvamento, rescate y apoyo técnico.
El BAM IS, cuya construcción comenzó en diciembre de 2023, está diseñado para reforzar la capacidad de intervención subacuática de la Armada. Con un desplazamiento superior a 5.000 toneladas y una cubierta de trabajo de 400 metros cuadrados, este buque permitirá a España disponer de una plataforma moderna y versátil para afrontar misiones especializadas en el ámbito naval.
Según ha señalado Navantia, el nuevo buque será capaz de operar con el sistema de rescate submarino de la OTAN (NSRS), lo que le permitirá obtener la certificación Moship, una acreditación que lo habilita como buque nodriza de operaciones de salvamento submarino dentro de la Alianza Atlántica. Esto supone un hito para la Armada española, que por primera vez contará con una unidad capaz de desempeñar esta función.
Además del AUV adjudicado a Kongsberg, el BAM-IS dispondrá de otros vehículos no tripulados para exploraciones e intervenciones remotas, lo que ampliará su capacidad operativa en escenarios de difícil acceso o condiciones extremas. Este tipo de equipamiento también mejora la seguridad de las operaciones, al evitar exponer a personal humano a entornos de riesgo.
La incorporación de este dron submarino forma parte de la apuesta del Ministerio de Defensa por la modernización tecnológica de sus unidades navales y la cooperación internacional en materia de defensa, al contar con proveedores especializados como Kongsberg, líder europeo en soluciones avanzadas para entornos marítimos.
Esta adquisición consolida el papel de Navantia como actor clave en la industria naval de defensa española, y refuerza el posicionamiento de Cádiz como centro estratégico en la construcción de buques militares de última generación.