Javier Pizarro confirma que los recientes tratamientos aplicados, pese a estar autorizados, serán los últimos que empleen glifosato. Los próximos se llevarán a cabo con medios mecánicos
La Diputación de Cádiz, a través del área de Cooperación y Asistencia a Municipios que coordina Javier Pizarro, licitará este año un nuevo servicio para el tratamiento de los márgenes de las carreteras de la red provincial a través de medios mecánicos. “El tratamiento que acaba de aplicarse en carreteras provinciales, basado en el empleo de fitocidas, será el último que se contrate con estas características”, ha confirmado Pizarro. De hecho en la nueva solicitud que se ha dirigido a la Junta de Andalucía, para renovar los permisos de desbroce de las cunetas, Diputación ha optado por prescindir de herbicidas. Esta solicitud ya se ha registrado en la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible para su traslado a la delegación territorial de Cadiz.
Responsables técnicos del servicio de Vías y Obras de Diputación están ultimando el pliego de condiciones técnicas que regirá la nueva contratación. Esta intervención supondrá un sensible aumento presupuestario, ya que las tareas que se liciten comportarán una inversión cercana al medio millón de euros al año, si bien los trabajos de desbroce de la maleza requerirán el empleo de cuadrillas con un evidente reflejo en la creación de empleo. Las carreteras adscritas a la red provincial, cuya conservación y mejoras administra Diputación, suman un trazado conjunto que supera los 800 kilómetros.
Para llegar a esta decisión se ha cubierto un largo camino. En el Pleno de Diputación el empleo de herbicidas para tratar los márgenes de las carreteras ha sido un asunto recurrente. El debate siempre ha girado en torno al glifosato: un herbicida que ha suscitado controversia, entre detractores y defensores, en cámaras parlamentarias, autoridades sanitarias y comunidad científica. Por una parte se plantean posibles daños medioambientales y a la salud humana, si bien desde una evidente división en torno a ese planteamiento; por otra, se sostiene la eficacia de este herbicida y -en el caso de las carreteras- su beneficio para reducir riesgos en el ámbito de la seguridad vial.
La Corporación provincial, en la sesión plenaria celebrada el 18 de mayo de 2016, decidió incorporar una serie de limitaciones y restricciones en el uso del glifosato. Unas cautelas que se hicieron extensivas a las sucesivas contrataciones, como la que se formalizó en diciembre de 2020.
Conforme a esas directrices el servicio actualmente en vigor -autorizado por la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía, conforme a resolución del 14 de abril de 2020- no puede emplear glifosato o productos similares en zonas de reserva de espacios naturales (denominadas zona A), así como en aquellos enclaves con flora y fauna amenazada o de interés, ni tampoco en proximidades de cursos de agua, zonas de cultivo y árboles frutales. En el último pliego licitado se expresaba “el especial cuidado” que debe extremarse para evitar que la nube de pulverización alcance a otras especies vegetales. El tratamiento no puede aplicarse en días de lluvia ni ventosos, ni tampoco mientras persista el rocío. En las cunetas tratadas deben colocarse señalizaciones alusivas al empleo de fitocidas.
“El cambio en Diputación ha sido, desde 2016, paulatino hasta llegar a la actual decisión”, ha concluido Javier Pizarro. El glifosato es un producto autorizado por la Unión Europea, la Administración General del Estado y la Junta de Andalucía y así consta en el Registro de Productos Fitosanitarios. En aquella sesión plenaria de 2016 se aludió al denominado principio de precaución; una orientación que, este año, se materializará en un nuevo contrato de desbroce mediante medios mecánicos y prescindiendo de herbicidas.