Esta muestra, que estará abierta al público hasta el 18 de agosto, propone un viaje en el tiempo a la Edad Media y otro viaje intimista por Europa en la época de creación de las catedrales
El alcalde de Chiclana, José María Román, ha inaugurado la exposición ‘Catedrales. Cuadro al óleo de luz divina’, de Francisco Plazuelo, maestro vidriero y pintor, que estará abierta al público hasta el próximo 18 de agosto. Un acto en el que ha estado presente el propio autor, así como la delegada de Cultura, Susana Rivas; la teniente de alcalde, Isabel Butrón, y el comisario de la exposición, José María Esteban.
Durante el acto, el alcalde ha destacado que si alguien quiere sorprenderse y ver una maravilla sólo tiene que acercarse a esta muestra. “Es una maravilla por su profundidad y es increíble lo que se puede ver”, ha reseñando, invitando a la ciudadanía a acudir al Museo para disfrutar de este espacio, “porque merece la pena visitar estas obras. Trabajos así engrandecer la cultura y sólo me queda dar la enhorabuena al autor por su excelente labor y por querer traerla a Chiclana”.
Francisco Plazuelo ha agradecido el trabajo para que esta exposición sea una realidad. “Se trata de obras únicas, nunca realizadas por nadie. Hemos conseguido una luz divina, que es cromoterapeutica, porque el color tiene una base fundamental en la salud y en la alegría y Chiclana se ha convertido en el epicentro de esta maravilla única. Sólo quiero que la gente conozca la obra y qué mejor que hacerlo por primera vez en Chiclana”, ha expresado el autor.
Por su parte, José María Esteban ha explicado que ha sido el “facilitador” para que esta muestra llegue a la ciudad. “Llega en un intento de conquistar de nuevo la realidad frente a la virtualidad que nos invade, en algo tan artesanal como el arte”, ha destacado, reseñando que “las obras de esta exposición incorporan unas técnicas al óleo sobre tabla que da la luz de las vidrieras. Os invitamos a una visita que se hace real una vez que la personas se acerca al cuadro”.
La originalidad de esta muestra radica en la afortunada confluencia entre esa pasión del autor por el arte y su largo oficio como vidriero, tanto con importantes trabajos de restauración con notables trabajos de creación; decenas de trabajos, los unos y los otros, que pueden verse a lo largo y ancho de la provincia y fuera de ella, tal es el caso de los realizados para las catedrales de Tánger, de Huelva y de Ceuta o para el Monasterio de la Rábida,entre otros muchos.
Esta nueva exposición temporal que el Museo ofrece para este verano, propone un doble viaje al vistante: por un lado, un viaje en el tiempo, un viaje a la Baja Edad Media, a la Edad de las Catedrales; por otro lado, un intimista viaje también a través del amplio territorio europeo donde surgieron y se difundieron esas creaciones humanas que dieron unidad estética a un mapa político y culturalmente fragmentado y complejo. Pero este viaje es, además de un viaje en el espacio y en el tiempo, un viaje espiritual a esa Europa de entonces.
Así, el público podrá aproximarse, a través de la obra de Plazuelo, al Gótico y al hondo misterio de la luz que lo atraviesa. Un Gótico que unifica e integra, en su rica diversidad, matices locales de ese mismo estilo gótico. De esto dan buena cuenta la mayor parte de los trabajos que esta exposición muestra: desde las catedrales francesas donde empezó todo (las de Reims, Chartres o la más popular de Notre Dame de París) hasta las más próximas a nosotros (como las de León o Burgos), pasando por las de Milán, Viena, Praga, entre otras. Aparte, otros templos donde la luz tiene también presencia y peso: desde nuestra catedral gaditana de la Santa Cruz hasta la basílica de San Pedro en la Ciudad del Vaticano.
Son 16 obras de Francisco Plazuelo en las que el vidriero y el pintor se entreveran indisociables para causar en el público una sensación nada frecuente que posibilita sentir cercanas esas grandes obras que no tenemos a mano. No es fotografía, ni pintura, ni vídeo,… es otra cosa, es presencia. Hay que verlas en vivo. Y dejarse transportar.
Francisco Plazuelo Jiménes (Cádiz, 1954), miembro de los ateneos de Cádiz y de Sanlúcar de Barrameda, ha desarrollado también una amplia labor como maestro de su noble oficio, formación que ha impartido con clara conciencia social también.