El desempleo aumenta la vulnerabilidad de las mujeres víctimas de violencia de género según el 13º Informe Violencia de Género y Empleo
El 13º Informe Violencia de Género y Empleo concluye que el desempleo incrementa la dependencia y el aislamiento de las mujeres víctimas de violencia de género y dificulta su salida del ciclo de abusos.

El próximo 25 de noviembre, con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, se ha presentado la 13ª edición del Informe Violencia de Género y Empleo, elaborado por el Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo de la Fundación Adecco con la participación de 18 empresas colaboradoras. El estudio, basado en una encuesta a 490 mujeres que están superando un proceso de violencia de género, pone de relieve la estrecha relación entre el desempleo y la vulnerabilidad social, emocional y económica de las víctimas. Según el informe, nueve de cada diez mujeres víctimas de violencia de género se sienten más vulnerables y aisladas cuando están desempleadas, reflejando el fuerte impacto que la falta de ingresos y autonomía provoca sobre su seguridad y bienestar.
Los datos revelan que en el momento en que comenzaron a sufrir agresiones, el 67,8% de las mujeres encuestadas no tenía trabajo. De este porcentaje, el 68% afirma haber recibido amenazas o presiones económicas vinculadas a su falta de ingresos, incluyendo la retención de dinero para gastos básicos, amenazas de no asumir gastos de los hijos e incluso sabotajes directos dirigidos a impedir la búsqueda de empleo. Las mujeres entrevistadas señalan que estas acciones refuerzan su dependencia económica y emocional y dificultan la ruptura con la situación de violencia.
Un factor especialmente relevante en el informe es la cronificación del desempleo entre las víctimas. El 49% de las mujeres desempleadas lleva más de un año buscando trabajo sin éxito. Entre las barreras más comunes destacan el desconocimiento sobre cómo plantear la búsqueda laboral (65,3%), la baja autoestima (64,2%), las responsabilidades de cuidado no compartidas (51,7%) y el miedo a ser localizada por la persona agresora en el puesto de trabajo (46,4%). Las dificultades tecnológicas también influyen: el 35% asegura haber tenido problemas para acceder a recursos digitales debido a la falta de medios, o al control ejercido por la persona agresora sobre sus comunicaciones.
El empleo, un factor de protección para las víctimas de violencia de género
A pesar del contexto adverso, el 72% de las mujeres víctimas que han accedido a un empleo afirma que trabajar reduce la probabilidad de volver a sufrir una situación de violencia de género. Entre los principales beneficios identificados señalan un aumento de la autoestima (87,5%), la estabilidad económica (84,2%) y la ampliación de la red de contactos (69,1%), todos ellos elementos que fortalecen la autonomía personal y favorecen la salida de entornos violentos.
El informe subraya que el empleo no es un escudo absoluto y que la responsabilidad de la violencia recae exclusivamente sobre el agresor. Sin embargo, coincide en señalar que contar con una ocupación remunerada puede ser un factor protector determinante, al proporcionar independencia económica, seguridad y apoyo social.
El temor al estigma continúa siendo un obstáculo en los procesos de selección. Tres de cada cuatro mujeres prefieren no mencionar su situación de violencia de género en entrevistas laborales, por miedo a ser descartadas. Persisten prejuicios que asocian a las víctimas con inseguridad o conflicto, lo que conduce en muchos casos a que oculten periodos de inactividad profesional, dificultando la búsqueda de empleo y el acceso a apoyos específicos.
El 13º Informe Violencia de Género y Empleo pone también de relieve la magnitud social del problema. Durante 2024 se interpusieron 199.094 denuncias por violencia de género en España, una media de 544 al día. Andalucía concentra el mayor volumen de denuncias, con 40.168 casos —el 20,2% del total nacional—, lo que supone 110 denuncias diarias. Aunque el número total se ha estabilizado tras años de crecimiento, la Fundación Adecco destaca que esta estabilización no implica una disminución de la violencia, sino un punto de consolidación en la visibilización y denuncia de los casos.
El informe insiste en que la recuperación y la autonomía de las víctimas requieren un enfoque integral en el que la protección institucional, el acompañamiento emocional, la orientación laboral y la inserción profesional se articulen como herramientas complementarias. En esta línea, la Fundación Adecco desarrolla el programa #EmpleoParaTodas, que acompaña a mujeres en situación de vulnerabilidad mediante un itinerario laboral personalizado orientado a su inclusión profesional.
En su conjunto, los resultados del estudio subrayan la importancia de reforzar políticas y programas que faciliten el acceso al empleo de las mujeres víctimas de violencia de género, ya que la estabilidad económica, la autoestima y la red de apoyo laboral emergen como factores clave para afianzar una salida duradera del ciclo de violencia y garantizar una recuperación plena.
Contenido recomendado


