Julio García Vico estará al frente de este concierto que interpretará a Falla e ‘I suoni dei corpi celesti’, de Iluminada Pérez Frutos
El Festival de Música Española de Cádiz Manuel de Falla llega a su penúltimo día de celebración con un estreno en un concierto muy gaditano: Julio García Vico dirige a la Orquesta Ciudad de Granada con música de Falla y la obra de la compositora Iluminada Pérez Frutos, ‘I suoni dei corpi celesti’. Será mañana sábado a las 20 horas en el Gran Teatro Falla, con la mezzosoprano Belén M. Herrero. La jornada de este XX Festival se completa con un concierto por la mañana en la Casa de Iberoamérica y otro en el teatro municipal Pedro Muñoz Seca de El Puerto. Esta edición está organizada por la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte, a través de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales.
La jornada empieza a las 12.00 horas en la Cárcel Vieja, con el Dúo Atlántico y el programa ‘Canciones y estampas. Dos orillas’. Alexis Morales y Calio Alonso, trompeta y piano, protagonizan este feliz encuentro compuesto de canciones sin palabras que cruzan el mundo de un lado a otro. Se escucharán así canciones españolas, guatemaltecas, costarricenses o mexicanas con la autoría de Falla, Montsalvage, Marvín Camacho o Rafael Méndez, entre otros. La entrada a este concierto es libre hasta completar aforo.
A las 20.00 horas, Julio García Vico, con tan solo 30 años, regresa a su tierra natal, Cádiz, después de haber pasado por prestigiosas orquestas europeas: solo en esta temporada ha debutado con la Orquesta Mozarteum (Salzburgo), Orquesta Nacional de España, Orquesta de la RTVE, Orquesta de Milán, Sinfónica de San Petersburgo y con la Orquesta Ciudad de Granada, invitada a participar mañana en el Festival. Será mañana en el Gran Teatro Falla, con un estreno: la obra ‘I suoni dei corpi celesti’ o ‘La música de las esferas’, de Iluminada Pérez Frutos, se escuchará por primera vez en Cádiz bajo la batuta de García Vico.
Pérez Frutos, compositora muy vinculada al Festival por su participación constante en el Festival de Música Española de Cádiz prácticamente desde sus inicios, es la autora de este encargo de la Orquesta, la Asociación Española de Orquestas Sinfónicas y la Fundación SGAE, que irá acompañada de imágenes en 3D.
Tras la obra de la compositora catalana, la Orquesta Ciudad de Granada interpretará ‘’El sombrero de tres picos’, de Manuel de Falla. Como explica el programa de mano, que se puede consultar online, las dos obras que integran este concierto pertenecen a épocas, autores y tendencias bien distintas: la primera ha sido concebida por una compositora representativa de las últimas tendencias creativas, que cuenta entre sus logros el haber investigado en las relaciones entre la música y los sentidos, con particular atención a lo visual y lo olfativo. La segunda, en cambio, fue concebida hace más de 100 años por Manuel de Falla y representa un hito en la historia de la danza y la música occidental”.
Sin embargo, ambas obras tienen algo en común: “las dos han retado los medios tradicionales de expresión, indagando en la unión entre las artes. ‘I suoni dei corpi celesti’ es una composición sinfónico visual, un género híbrido que plantea nuevas formas de escucha, en las que se combina la audición con las imágenes en 3D -con diseño visual y videocreación de Francis López-. Y ‘El sombrero de tres picos’ es un ballet interdisciplinar que aúna la coreografía, la literatura, el lenguaje musical, la escenografía y el figurinismo, y en el que se entrecruzan conceptos como la construcción del estereotipo, la identidad nacional, lo auténtico, lo popular y la suma entre tradición y vanguardia”.
Mientras en Cádiz suenan estas obras, empezará en El Puerto, a las 20.30, el concierto del Trío Albéniz, compuesto de Luis María Suárez Felipe, violín; Paula Brizuela Carballo, violonchelo; y Javier Rameix, piano. El programa, ‘El resurgir del ave Fénix’, lleva al teatro Pedro Muñoz Seca obras de Turina, Ravel, y una muy especial de Kelly-Marie Murphie: ‘Give Me Phoenix Wings To Fly’, sobre el tema del programa, en el que se establece “un paralelismo entre el eterno resurgir del ave con la constante búsqueda del artista de encontrar una identidad propia y refinar su arte: un ciclo sin fin”, como explica el Trío.