El servicio de ocio protagoniza el mes de agosto en la campaña de sensibilización ‘Tus Derechos Nuestros Servicios’ dentro del programa de actos del 40 aniversario de Autismo Cádiz
La filósofa estadounidense Martha Nussbaum recoge en su enfoque de capacidades el derecho al juego, definiéndolo como la capacidad de reír, jugar y disfrutar de actividades recreativas. En esta misma línea, la Convención de Derechos de Personas con Discapacidad de la ONU, contempla, en su artículo 30, el derecho a la participación en la vida cultural, las actividades recreativas, el esparcimiento y el deporte. En este sentido la asociación Autismo Cádiz tiene puesto el foco en proporcionar este derecho a través de su servicio de ocio, un servicio personalizado a la medida de los gustos de las personas con TEA que forman parte de él.
Miriam Castellano, responsable del servicio, explica que existen dos modalidades, el ocio individual y el ocio grupal, poniendo la actividad en la comunidad en el centro. Ahora bien, pertenezcan a uno o a otro o a los dos, todas las personas cuentan con un itinerario personal e individualizado en el que se estudia detalladamente cada caso. “Tiene que quedar claro que nosotros no hacemos terapia, lo que queremos es disfrutar”, explica. “Lo cual no implica que haya un aprendizaje y que trabajemos aspectos como las habilidades sociales, por ejemplo”.
Actualmente el servicio cuenta con 25 personas, entre las que el más joven tiene 7 años y el más mayor más de 50. Las actividades individuales, por su parte, suelen realizarse entre semana. Comprenden actividades como ir a la piscina, al gimnasio, realizar voluntariado o ir al teatro, por ejemplo. Las grupales, sin embargo, están más focalizadas en el fin de semana y se reparten en Grupos de Amigos. Aquí se tienen en cuenta intereses, edades y gustos en general y a veces la localidad de procedencia también es un criterio.
El servicio cuenta con cuatro grupos distintos en los que se hace de todo: kayak, senderismo, playa, piscina, ir de pubs, ir al cine, al mini golf, a cenar, a vela, etc. “Como tenemos cuatro grupos distintos si alguien no puede o no quiere, se le ofrecen las opciones de otro grupo, de manera que todo el mundo disfrute de la opción que más le apetezca”, añade Miriam. El proceso de inscripción se produce a través de la trabajadora social, que deriva a la persona y a su familia al servicio y a partir de ahí se hace un cuestionario, una entrevista personal y un proceso de acogida. Si está en otros servicios, además, se consulta a los profesionales de referencia de los mismos. Por otra parte, una actividad relacionada con el ocio, son las colonias de verano, que cada año se celebran en los meses de julio y agosto y es otra oportunidad extra para pasarlo bien.
Dos buenos ejemplos de personas que utilizan el servicio de ocio son Bárbara Moreno y Fernando López. Fernando, que tiene 12 años, tiene pasión por los ordenadores pero también disfruta de las actividades de ocio de la entidad. “Considero que es algo muy necesario”, explica su madre, Rocío Núñez. Por su parte Paqui Díaz, madre de Bárbara que tiene 25 años, también considera que servicios como éste son muy útiles. “Mi hija disfruta mucho, porque todo lo que sea divertirse, ella se apunta la primera”, concluye.