Las primeras organizaciones políticas obreras británicas nacieron en la década de los ochenta del siglo XIX. Las principales terminarían influyendo en el laborismo. En este artículo estudiamos la historia de las organizaciones obreras británicas y la creación del Partido Laborista.
En 1881, Henry Hyndman creó la Democratic Federation (Federación Democrática), aunque con el tiempo cambiaría su denominación por la de Social Democratic Federation (Federación Social Democrática). Esta organización editaba Justice, el primer periódico socialista británico. En la organización destacaron también sindicalistas muy activos, como Ton Mann y John Burns, que hicieron que se vinculara hacia el sindicalismo. Otra de sus características fue que se trató de la organización británica más cercana a las ideas marxistas.
En el S.D.F. militó también el polifacético William Morris, escritor, artista, intelectual, poeta y en el asunto que nos interesa aquí, activista político. En este sentido es fundamental su obra News from Nowhere (Noticias de ninguna parte), del año 1890, donde hace una profunda crítica del capitalismo industrial desde sus posiciones estéticas y antropológicas. Pero además Morris decidió crear, con el apoyo de la hija mejor de Marx, Eleanor Marx-Aveling, The Socialist League (La Liga Socialista), como escisión de la S.D.F. Las ideas de Morris dieron un fuerte sello estético y de preocupación por la calidad de vida a esta organización, un asunto muy novedoso en aquel momento y que, evidentemente tenía que ver con el interés de Morris por el diseño, las artes y los oficios frente a la embrutecedora producción industrial. La Liga terminó sus días derivando hacia posturas más anarquistas que socialistas.
En 1884 se fundó la Sociedad Fabiana, y que gracias al peso de sus miembros, intelectuales de primer orden, tendría una clara influencia en el carácter del futuro laborismo, a través de su filosofía política que defendía la transformación paulatina y no violenta de las estructuras sociales, en una suerte de “socialismo administrativo”, respetuoso con las reglas democráticas y del parlamentarismo. Los fabianos proporcionarían el sello intelectual a la izquierda británica.
Este sería el caldo de cultivo, a finales de la década de los ochenta del XIX, donde se iría fraguando la creación de partidos políticos obreros británicos. La primera iniciativa directa partió del mundo sindical. Keir Hardie era un minero escocés que en 1888 fundó el Scottisch Labour Party (Partido Laborista Escocés). En 1893 nació el Independent Labour Party (Partido Laborista Independiente), con una gran implantación en Escocia y en el norte de Inglaterra, aunque no pudo desarrollarse en el resto de Gran Bretaña.
En el año 1899 se celebró el Congreso de las Trade Unions que fue clave para cambiar la tradicional tendencia favorable de los sindicatos hacia el Partido Liberal, ya que se decidió que había que tratar de promover una acción política independiente obrera. De ahí surgió el Labour Representation Committee en 1900, constituido en el Memorial Hall de Farrington Street de Londres. En este Comité había representantes de los sindicatos, pero también contaba con miembros de la S.D.F. y con fabianos, y se pretendía concurrir a las elecciones. El éxito electoral llegaría en las elecciones de 1906 cuando se consiguieron veintinueve escaños. Ahí está el origen del Labour Party, el Partido Laborista. En ese año ya tenía un millón de militantes, cifra que se duplicó en vísperas de la Primera Guerra Mundial. Los primeros líderes del laborismo fueron Keir Hardie y Arthur Henderson, aunque desde los primeros momentos comenzó a destacar la figura de Ramsay Mac Donald, que entró en el Parlamento en 1906, y que con el tiempo, después de la Gran Guerra, sería el primer ministro laborista en la Historia. En el período de entreguerras el laborismo desbancaría al Partido Liberal en el sistema bipartidista británico.