El proyecto Glaucostegus estudia la resistencia del pez guitarra gigante en la costa de Cádiz y Huelva
Una iniciativa liderada por Fundación Oceanogràfic y otras entidades investiga y protege la última población europea en peligro crítico de extinción

El Proyecto Glaucostegus, coordinado por Fundación Oceanogràfic, Fundación Azul Marino, Acuario de Sevilla y Associació Lamna, junto a otras entidades, se ha consolidado como la primera iniciativa europea que estudia en profundidad al pez guitarra gigante o guitarrón (Glaucostegus cemiculus) en su hábitat natural, ubicado en las costas de Cádiz y Huelva. Esta especie, catalogada en peligro crítico de extinción, representa la última población estable de esta raya cartilaginosa en Europa.
En los últimos años, la población del guitarrón ha sufrido un declive alarmante debido a múltiples amenazas como la pesca incidental, la pérdida de hábitat y la presión humana, que han provocado su desaparición de gran parte del litoral europeo. El proyecto liderado por el doctor Jaime Penadés tiene como objetivo generar conocimiento científico esencial sobre la biología, ecología y las amenazas que afectan a esta especie en la costa andaluza.
“El estudio nos permitirá entender mejor el estado de conservación del guitarrón, su reproducción y uso del hábitat, datos vitales para reforzar su protección a nivel nacional e internacional”, explica Penadés. El proyecto cuenta con permisos y apoyo del Ministerio de Transición Ecológica, la Junta de Andalucía y la Estación Biológica de Doñana, así como con la colaboración del Ifapa, la Universidad de Cádiz, Oceanário de Lisboa, Zoomarine Algarve y pescadores recreativos de la zona, cuya participación es fundamental.
Desde 2018, el fundador del proyecto, Ángel Benítez, ha recopilado más de 80 avistamientos confirmados de guitarrón gracias a la colaboración ciudadana, que aporta fotos, vídeos y datos clave sobre las capturas accidentales. Esta participación ha sido crucial para confirmar la reproducción de la especie en la zona y detectar casos de furtivismo, una amenaza latente.
En mayo de 2025, se realizó la primera campaña científica del año en la playa de Valdelagrana, El Puerto de Santa María, donde más de 40 investigadores estudiaron 33 ejemplares, desde juveniles hasta adultos, tomando muestras de ADN, sangre y otras variables biológicas para evaluar su estado de salud.
El conocimiento generado abre la puerta a nuevas estrategias de conservación, incluyendo un estudio genético comparativo con ejemplares en acuarios de la península ibérica para evaluar la viabilidad de un plan de reproducción ex situ y una posible reintroducción en áreas seguras.
“En el contexto de la Década de los Océanos de la ONU y el reto europeo de restaurar la naturaleza, el guitarrón simboliza lo que aún podemos lograr si actuamos a tiempo. La colaboración es clave para aumentar el impacto de la conservación marina”, concluye Penadés.