Este viernes ha sido el estreno oficial en la Diputación del documental producido por el Servicio de Vídeo, ‘Con el mundo a cuestas’, sobre las mujeres porteadoras de la frontera entre Tetuán y Ceuta, en el paso de El Tarajal con guión de la periodista Carmen Morillo. También puede verse ya online a través de Youtube y otras plataformas y está disponible para la difusión de la red de televisiones locales de Andalucía para su difusión
Se trata de un audiovisual de casi 34 minutos, que, con impactantes imágenes, desentraña un crudo relato de una de las más explícitas metáforas de la desigualdad: un muro que separa la Europa desarrollada del continente africano, en la puerta de entrada para miles de personas que huyen en busca de un futuro mejor. 30.000 personas cruzan cada día la frontera a pie para poder entrar sin visado y volver cargadas de mercancías antes de que caiga la noche y cierre la frontera. El documental se centra en el eslabón más débil de esta cadena humana, las conocidas como ‘porteadoras del Tarajal’, que sufren la cara más desfavorecida del capitalismo, con un trabajo en situación límite y con numerosos casos de violaciones de Derechos Humanos.
El documental ha necesitado de un año para su producción, con guión de la periodista Carmen Morillo, y que cuenta con imágenes de Faro TV y Salvamento Marítimo, cuya idea surge a través de la iniciativa de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía. Una decena de testimonios enriquecen el relato de este drama humano, y describe el durísimo trabajo de las personas que se dedican al transporte de hasta 90 kilos de mercancías en sus espaldas, atravesando el punto caliente de la frontera entre Ceuta y Tetuán: expertos, abogados, activistas, periodistas, cuerpos de seguridad y porteadoras anónimas van completando el retrato de esta cotidiana estampa.
El trasporte de mercancías desde el polígono industrial de El Tarajal mueve 400 millones de euros anuales, y genera 45.000 empleos directos. Allí están radicadas numerosas empresas, entre ellas multinacionales, que han situado sus almacenes atraídas por ventajas fiscales y la ausencia de aduana comercial. Estas empresas cuentan con la mano de obra barata y no regularizada de las porteadoras, que sin derechos laborales y por jornales de miseria, se convierten en elementos fundamentales para sus transacciones comerciales.