Los efectos del incendio que se inició a las 21.30 horas de ayer sábado en el paraje La Peñuela de Moguer, junto al Parque Nacional de Doñana se han dejado sentir en Cádiz capital. El viento ha desplazado hasta la capital gaditana el humo, el olor a quemado e incluso las cenizas del incendio.
Pequeñas partículas negras y grisáceas penetran en el interior de las viviendas por las ventanas abiertas para combatir el calor sofocante posándose en muebles y enseres. De nada sirve limpiarlas, porque a los pocos minutos un fina capa de cenizas vuelve a ocupar el lugar. Incluso en espacios abiertos donde el sol incide directamente como la plaza de San Antonio se puede apreciar el revolotear de estas partículas.
Desde cualquier calle de la capital orientada hacia el este la nube de humo procedente del incendio es perfectamente visible, siendo apreciable en su totalidad en lugares como la Alameda entre el Parque Genovés y el Baluarte de Candelaria.