El Instituto Universitario de Investigación Marina (INMAR) de la Universidad de Cádiz (UCA), en colaboración con la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía y la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras (APBA), ha instalado seis arrecifes artificiales conocidos como ARMS (Estructuras Autónomas de Monitoreo de Arrecifes) en el Puerto de Tarifa. Esta iniciativa forma parte del proyecto GIBMAR-BB, financiado por fondos Next Generation EU y coordinado desde la Fundación del Campus de Excelencia Internacional Global del Mar (CEI·Mar).
Los ARMS fueron colocados tanto dentro del puerto como en el entorno exterior, cerca de la Isla de Tarifa, con el objetivo principal de detectar tempranamente la llegada de especies exóticas. Estas estructuras imitan hábitats naturales rocosos y permiten el asentamiento de una amplia variedad de organismos marinos, facilitando así la caracterización de la biodiversidad marina en el Estrecho de Gibraltar y el Golfo de Cádiz.
Según Leila Carmona, investigadora principal del proyecto GIBMAR-BB, «la instalación de estos ARMS en el Puerto de Tarifa es fundamental para monitorear las variaciones en las comunidades bentónicas como respuesta al cambio global y al intenso uso humano de la zona». El Estrecho de Gibraltar es una región clave para el monitoreo de especies no autóctonas debido a su papel como una de las principales vías de entrada al Mediterráneo.
Cada ARMS está compuesto por una superficie de 45 por 35 centímetros y está asociado a un bloque de hormigón con un peso de 30 kilos. Estas estructuras permanecerán sumergidas durante seis meses para permitir el reclutamiento de organismos. Se realizarán muestreos periódicos a los tres meses y al final de la investigación para evaluar la biodiversidad asociada y detectar la presencia de especies exóticas establecidas o recién llegadas.
El proyecto GIBMAR-BB también incluye la instalación de otros 15 arrecifes artificiales en la provincia, específicamente en la playa de Getares y la entrada de la Bahía de Cádiz. Los datos recopilados no solo serán utilizados para la investigación científica, sino también para el desarrollo de protocolos de prevención y control de especies invasoras, así como para fines educativos y de divulgación.