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Jue. Nov 21st, 2024

Investigadores de la UCA desarrollan un nuevo fármaco activado por luz para tratar el dolor neuropático

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Un equipo de investigadores, entre ellos el grupo coordinado por la catedrática Esther Berrocoso del departamento de Neurociencias de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cádiz (UCA), ha desarrollado un innovador fármaco activado por luz para tratar el dolor neuropático. Este nuevo enfoque permite inhibir las señales nerviosas de manera local y a demanda, reduciendo así los efectos secundarios sistémicos.

La fotofarmacología, la ciencia que utiliza la luz para activar fármacos en partes específicas del cuerpo, ha permitido a los investigadores crear derivados fotosensibles de la carbamazepina, un antiepiléptico comúnmente usado para tratar ciertos tipos de dolor neuropático, como la neuralgia del trigémino. Los nuevos compuestos, denominados carbazopina-1 y carbadiazocina, se activan con luz ámbar, lo que permite su uso mediante lámparas halógenas convencionales.

Los experimentos realizados han demostrado que estos compuestos pueden controlar de forma reversible la actividad neuronal y la locomoción de larvas de pez cebra mediante la exposición a diferentes longitudes de onda de luz. En modelos animales, la carbadiazocina ha mostrado un efecto analgésico significativo sobre el dolor neuropático sin causar efectos secundarios como anestesia, sedación o toxicidad.

Esther Berrocoso destacó la importancia de estos hallazgos, señalando que «el fármaco se activa y desactiva con luz, lo que nos permite controlar su efecto de manera precisa y minimizar los efectos secundarios».

El dolor neuropático, causado por lesiones o enfermedades del sistema somatosensorial, es difícil de tratar y a menudo requiere el uso de medicamentos con efectos secundarios significativos. Las terapias basadas en la luz están ganando relevancia por su capacidad de dirigirse a regiones específicas del cuerpo, aumentando la eficacia y reduciendo los efectos adversos.

El proyecto PHOTOTHERAPORT, que incluye este estudio, está coordinado por el Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC) y financiado por el programa Pathfinder Open del Consejo Europeo de Innovación (EIC). Con un presupuesto de 3 millones de euros y un consorcio de ocho instituciones de cuatro países, el proyecto tiene una duración de tres años.

Los próximos pasos incluyen el desarrollo de fármacos activados por luz infrarroja, que penetra más profundamente en los tejidos, y la utilización de fuentes de luz portátiles como láseres y LEDs. Este avance promete mejorar significativamente las opciones de tratamiento para el dolor neuropático, ofreciendo una alternativa más eficaz y con menos efectos secundarios para los pacientes.

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