Completada la fase uno. Ya tenemos al alcalde imputado. Hasta algunos medios han entrado al trapo haciendo cábalas de qué condena le podría caer, si multa o cárcel. No recuerdo ese celo documental cuando imputaron a José Blas Fernández o a Ignacio Romaní, pero eran otros tiempos cuando el Ayuntamiento pagaba la cuenta de las bacanales informativas.
Juicios tengas y los ganes que dicen los gitanos. Lo lógico sería que el juez archive el caso alegando que esto entra dentro de la pelea política pero como los tribunales los carga el diablo tampoco se puede descartar que el señor González, el conocido, tenga que aposentarse en el banquillo por un «me dijo me dijo».
Ahora querrán estos del PP comparar un supuesto delito de calumnias con los que cometen, siempre supuestamente, todos esos graduados de la Academia Bárcenas que tienen ellos montada. Imagínense por un momento que las cosas se tuercen y condenan al alcalde a prisión aunque solo sea el tiempo de una merienda, con la cantidad de presuntos que hay en la calle mareando recursos por los juzgados. Un mártir de la casta, vamos. Habría que poner en las próximas elecciones una urna para los votos de Podemos y otra para los demás.
Pero esta querella busca un doble objetivo. Por un lado el evidente, hacer todo el daño que se pueda al Equipo de Gobierno. Por otro lado convencer a la opinión pública de que como el alcalde ha sido condenado, ergo el Partido Popular no es responsable de haber mantenido el suministro a sabiendas del resultado de la analítica al menos 24 horas.
Ojo con las conclusiones equivocadas. El juez no va a entrar en el asunto del agua, únicamente en las declaraciones que se hicieron. Hasta ahora lo único que se ha hecho para intentar poner luz sobre el asunto ha sido el informe de un experto que fue inmediatamente desacreditado por el periodismo de blog alegando que era de la cofradía podemita. Una argumentación de peso. Ya me imagino en los congresos científicos de cualquier disciplina a esos eruditos hurgando en las intimidades de sus colegas para rebatir sus teorías. Seguiríamos encendiendo el fuego con dos palos. ¿A nadie se le ha ocurrido rebatir los argumentos del informe con otros argumentos? ¿O hay más miedo que vergüenza?