El reino de Granada se destacó por tener una economía muy pujante, tanto en agricultura, como en la artesanía, además de haber establecido un comercio exterior intenso. Pero en este trabajo solamente abordaremos un acercamiento a la agricultura y ganadería de los nazaríes.
La agricultura tuvo un gran desarrollo por varios factores. En primer lugar, parece evidente que la rica tradición agronómica musulmana encontró en este reino su máxima expansión. Los musulmanes fueron excelentes agrónomos al perfeccionar el saber clásico y fueron maestros en todo lo relacionado con el regadío. Los cultivos de secano, es decir, los cereales, se daban, preferentemente en la Vega de Granada. Pero el reino tuvo que recurrir en muchas ocasiones a la importación de grano, por la presión demográfica y por las crisis. El trigo importado solía proceder el norte de África. La vid se localizaba en las vertientes meridionales de las cordilleras. El olivo, que completaría la conocida como trilogía clásica o mediterránea, no estuvo tan desarrollado en Granada.
Donde la agricultura nazarí se destacó fue en las hortalizas, árboles frutales en casi todo el reino, la caña de azúcar, especialmente en la zona de Motril y en Salobreña el azafrán, de altísimo valor en Baza, el lino almeriense, y las moreras en las Alpujarras.
En relación con la estructura de la propiedad, destacó la gran propiedad en la Vega de Granada, pero también había pequeña propiedad.
La ganadería granadina se basaba en la trashumancia ovina que, como es sabido, fue introducida en la península Ibérica por los bereberes. Los pastos de verano se situaban en las Alpujarras, y los de invierno en los campos de Dalias. Otro sector ganadero muy desarrollado fue el de la apicultura.