El VI Congreso del PSOE, celebrado en agosto del año 1902, tomó el acuerdo de emprender una campaña de propaganda por Andalucía, decidiendo, además, abrir una suscripción para sufragarla. En ese momento comenzaba un creciente interés en desarrollar el socialismo en Andalucía.
Efectivamente, 1902 es fundamental en la Historia del desarrollo socialista en el sur. La famosa huelga de Teba (Málaga) en ese año, que tuvo una gran repercusión, ya que se requirió la solidaridad de los obreros industriales con los agrícolas, marcó un antes y un después. En El Socialista se publicó una lista con los donantes o suscriptores individuales y de sociedades obreras de toda España, ejemplo de solidaridad obrera y socialista. Pablo Iglesias llegó estar presente en el conflicto. Supuso un cambio porque el PSOE comprendió la importancia de los campesinos andaluces, ya que, hasta entonces, se había centrado mucho en los obreros madrileños y vascos, intentando también penetrar con mucho menos éxito en el seno de la clase obrera catalana. La cuestión social del campo andaluz es importante porque, aún hoy, y a pesar del estudio, ya clásico, de Antonio María Calero sobre los Movimientos sociales en Andalucía, se sigue asociando de forma automáticamente campesino andaluz con anarquismo, cuando dicho historiador demostró que habría dos “Andalucías obreras”. La anarquista fue antes conocida y estudiada, pero eso no significa que no hubiera otra de signo socialista. En ese contexto debemos enmarcar el acuerdo del Partido Socialista.
Sobre la importancia de este acuerdo el periódico socialista publicó un artículo en un número del mes de octubre de ese mismo año donde se explican las razones que motivaban la prioridad por esta región.
La columna periodística constataba que la realidad del obrero andaluz era distinta a la del resto del proletariado español, pero alejándose de los razonamientos de tipo psicológico y hasta climáticos, que tradicionalmente eran empleados en aquella época. Las causas serían otras para explicar el estancamiento, considerado como deplorable, de la clase obrera andaluza.
El análisis partía de la reciente historia contemporánea española y andaluza. Se afirmaba cómo Andalucía había sido protagonista indiscutible del inicio de hechos y procesos liberales, radicales, republicanos y hasta libertarios. Esta constatación sería la causa del “atraso moral e intelectual” de Andalucía porque los políticos “burgueses” habrían manipulado al pueblo para sus objetivos políticos. Por eso se justificaba el trabajo que debía emprender el Partido Socialista para contrarrestar esta situación, para desarrollar la conciencia de clase de estos trabajadores, con el fin de que emprendieran su propia emancipación.
Podemos consultar los números 862 y 865 de El Socialista, y para profundizar en la Historia del socialismo en Andalucía es imprescindible la consulta de la obra de Diego Caro Cancela, Cien años de socialismo en Andalucía (1885-1985), publicada en 2013, sin olvidar el aludido estudio de Calero.