Ética y estética se dan la mano en una original propuesta de danza que tendrá lugar el próximo viernes 17 de mayo a partir de las 20 horas
La coreógrafa y bailarina África Martínez Ferrín estrena el próximo viernes 17 de mayo, a las 20 horas, en el Teatro Moderno el espectáculo ‘Médium’, una propuesta escénica de danza que tiene que ver con la estética y con la ética y cuyas localidades, a precios muy populares, pueden adquirirse ya a través en la taquilla del teatro, de lunes a viernes de 17 a 21 horas, y a través de www.tickentradas.com.
‘Médium’ es un solo ideado por la creadora escénica natural de Barcelona, afincada desde hace años en la provincia de Cádiz, con producción del centro de artes escénicas La Colmena de África, situado en los campos de Conil de la Frontera. Además, La Colmena de África es también una compañía de artes vivas donde se investiga y experimenta con los nuevos lenguajes de la danza, la música y el teatro, así como los caminos y los puentes entre ellos, donde los límites que separan los estilos se desdibujan.
El equipo artístico está compuesto por artistas gaditanos de gran recorrido en cada una de sus disciplinas. Así, África asume la creación, interpretación y texto, mientras que Rosa Romero asume el acompañamiento de dirección. Con música de Calde Ramírez, el vestuario lo diseña Sara Fernández y la iluminación corre a cargo de Miriam Ubanet.
‘Médium’ es una propuesta en la que el cuerpo de la bailarina viaja en la escena atravesada por otros cuerpos del pasado y del futuro: “Es un descenso al encuentro de fantasmas, un ascenso en el que dialogar con las estrellas y es también un mediar entre mundos. Es un camino de vuelta al presente”, afirma su creadora.
Como ella misma relata, “desde los albores de la conciencia humana, los chamanes de todo el mundo (antepasados de los intérpretes y bailarines) se han involucrado en la poesía silenciosa de la danza, una antigua interpretación y expresión de la vida, y una comunión con las fuerzas o espíritus. Peregrinar hacia la sangre y los huesos, hacia lo elemental y lo ambiental, integrándonos en las mitologías personales y colectivas del alma danzante donde la totalidad de lo que existe se concentra dentro de cada uno de nosotros”.
“El ourobrorus o infinito es la forma principal que teje la pieza, en su ética y en su estética, cuerpo, espacio y tiempo infinito. Aquello que es infinito es inalcanzable, también inagotable, y por lo tanto, sólo se puede rodear, insinuar, nunca poseer. Así es también la naturaleza efímera de la danza, que se crea y se destruye constantemente. El camino del infinito es aquí una imagen del camino de una vida, o de un evento que insiste en presentarse repetidamente, en la propia historia: tránsitos que se recorren una y otra vez, con la misma esencia y distinta apariencia, hasta llegar a un centro, un aprendizaje que sólo se puede dar y asumir, en el momento presente”.