El hecho que precipitó la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) fue la defenestración de Praga. En este artículo estudiaremos lo que ocurrió en Bohemia y que desencadenaría una verdadera guerra mundial dentro de los parámetros del siglo XVII.
La situación religiosa y política en el Imperio era muy compleja al comenzar el siglo XVII, dos aspectos que iban claramente unidos desde que surgió la Reforma. En el año 1612, Matías de Habsburgo sucedió a su hermano Rodolfo II, antes como rey de Bohemia y luego como emperador. Pero había un problema, ya que el nuevo soberano no tenía sucesión directa, por lo que la familia de los Habsburgo debía llegar a un acuerdo sobre este asunto. Tenemos que recordar que esta dinastía tenía dos ramas, la austriaca, representada en este momento por Matías y los archiduques, que eran sus hermanos menores, y la rama española regida en ese momento por Felipe III. Al final se llegó al acuerdo de nombrar como sucesor a Fernando de Estiria, primo de Matías. En 1617, el emperador consiguió que los Estados de Bohemia reconociesen a su familiar como sucesor. Los húngaros a través de su Dieta también dieron su beneplácito. Pero no todo fue tan fácil. Fernando era un príncipe católico muy intransigente, como había demostrado en el ducado de Estiria. Eso provocó entre los protestantes checos una gran inquietud porque temían que se revocasen los derechos y ventajas que habían conseguido por la Carta de Majestad, y que había suavizado las tensiones religiosas. Este documento fue otorgado en 1609 por el emperador Rodolfo II, que había situado la corte en Praga, y siempre había demostrado un talante tolerante y conciliador. La Carta prometía a los bohemios el derecho a la libre elección de religión. Por otro lado, Fernando era un convencido del fortalecimiento del poder imperial central frente a los Estados. En este sentido, apoyaba la política que había emprendido Lobkowicz, el nuevo canciller de Bohemia nombrado por el emperador, para centralizar todos los poderes. La nobleza checa, principalmente protestante, por lo tanto, se sentía amenazada tanto en lo religioso como en lo político.
El conflicto estallará por un incidente relacionado con uno de los puntos de la Carta de Majestad. Matías había ordenado la demolición de los templos que consideraba que se habían construido ilegalmente en dos ciudades bohemias. Una de estas ciudades envió a Praga una delegación de notables para protestar, pero sus miembros fueron encarcelados. Como reacción, en el mes de marzo de 1618, los Defensores de la Fe convocaron una asamblea de representantes protestantes. El día 5 de mayo esta asamblea elevó al emperador una súplica. Pero en Viena el canciller convenció al emperador para mantenerse firme. Matías acusó a los Defensores de la Fe de haber abusado de sus derechos, declarando que la asamblea era ilegal. Un sector de la asamblea con el conde de Thurn a la cabeza decidió, en consecuencia, pasar a la acción con el fin de preservar sus libertades políticas y religiosas. Se dirigieron al Hradschin el día 23 de mayo en busca de los lugartenientes que gobernaban Praga en nombre del rey. La ciudad fue escenario de un motín. En ese momento se produjo la famosa defenestración, es decir, los dos lugartenientes, Slawata y Martinic son lanzados, junto a su secretario, por la ventana. Aunque salieron indemnes el hecho fue todo un símbolo. En todo caso, los protagonistas no quisieron ir más allá, ya que intentaron dejar claro que había sido un acto contra los impopulares lugartenientes no contra el emperador. Los depusieron y se nombró una especie de directorio compuesto por representantes de los tres órdenes del reino (nobles, caballeros y ciudades). También se expulsó a los jesuitas de Bohemia. La situación se volvió un tanto confusa. Los representantes de las ciudades y de los caballeros estaban indecisos porque no había fondos para contar con tropas, aunque Thurn consiguió reclutar algunas. Por su parte, el emperador y rey, desde Viena, no reaccionó con contundencia; no parece que desease el enfrentamiento. Transcurrieron varios meses de incertidumbre hasta que Fernando decidió actuar porque consideraba que este hecho era un claro desafío intolerable hacia el poder imperial y contra la religión. Tomó las riendas imperiales, reclutó un ejército y entró en Bohemia. En todo caso, no parece que la ruptura fuese irreversible. Hubo un intento de mediación por parte de uno de los nobles protestantes, pero Matías moría el 20 de marzo de 1619. Ante el hecho de la inminente elección imperial en la persona del intransigente Fernando, los países de Bohemia, es decir, Bohemia, Moravia, Silesia y Lusacia, decidideron crear una Confederación de Estados independientes. Además, se negaron a reconocer la elección de 1617 y proclamaron la destitución de Fernando, por lo que quedaría vacante el trono de Bohemia. Eligieron al nuevo elector palatino, Federico V, príncipe calvinista. Por su parte, Fernando de Estiria era elegido emperador. La revuelta bohemia ha pasado a ser ya un asunto de todo el Imperio, y poco tiempo después terminaría involucrando a los principales Estados europeos en dos bandos.