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Vie. Nov 22nd, 2024

Juan Antonio QuiñonesLo primero que se debe pedir a un dirigente político cuando ocupa el máximo cargo de una institución pública es que tenga los pies en la tierra. Más aún cuando es responsable de gestionar un presupuesto que proviene de los impuestos que pagan con su esfuerzo los ciudadanos, al menos los que lo pagan.

El título de esta columna se refiere a aquel argumento que empleó Mariano Rajoy y otros líderes de su partido para quitar hierro a las masivas manifestaciones que se venían convocando contra las políticas que su gobierno aplicaba de manera inmisericorde, a veces incluso totalitaria. La mayoría absoluta que ostentó el Partido Popular entre 2011 y 2015 les sirvió para aprobar recortes en el gasto de servicios públicos esenciales, reformas en las condiciones laborales, una ley de educación que unió a la comunidad educativa de todos los niveles en su contra, una ley de tasas que hizo lo mismo con todos los colectivos judiciales y una ley mordaza para vaciar el bolsillo del que se atreviera a protestar. No ha habido dirigente más impopular en el Partido Popular. Tan paradójico como la República «Democrática» de Alemania o el Partido Nacional «Socialista».

Como decía al principio, el argumento que emplearon para soslayar el descontento social fue decir que eran más numerosos los que se quedaban en sus casa que los que acudían a las manifestaciones, ergo había más ciudadanos a favor de sus políticas que en contra. Un ejemplo más de que la lógica aristotélica se puede retorcer según convenga.

Si recuerdo esto ahora es porque me he sentido profundamente ofendido de que la Secretaria General de mi partido en esta provincia desprecie que 80 militantes de la Agrupación de Cádiz aprobáramos una resolución que no le convenía. Suponer que el resto de los militantes del partido, unos 320 según los datos que ella misma proporciona, están en contra de de la resolución es un argumento falso.

Me ofende no por el argumento en sí, que cada uno se engañe como quiera, sino porque hasta en eso se están pareciendo los afines a la Gestora a los dirigentes de la derecha. Hemos pasado de estar enfrente del Partido Popular en la mayoría de la cuestiones a evitar condenar la corrupción que pudre ese partido, hacernos selfies cuanto menos inapropiados y defender la abstención como solución a nuestros propios problemas, por este orden si no me equivoco.

El 15-M cambió la realidad política de este país aunque algunos no quisieran verlo. Soy de la opinión que los nuevos partidos no surgen del 15-M pero no hubieran existido sin ese movimiento.

Aunque algunos quieran negar la evidencia dentro del PSOE ha surgido un 15-M que más bien sería un 1-O, fecha del infausto Comité Federal. Cádiz no es la única agrupación del país que ha aprobado resoluciones en este sentido, pero son muchas menos, si es que existe alguna, las que hayan aprobado resoluciones en sentido contrario. Taparse los ojos no hace que la realidad se esfume. Tomar decisones en contra de lo piensa la mayoría es una huida hacia adelante que no sabemos dónde nos llevará.

El Partido Socialista ha sobrevivido a cosas como el enfrentamiento a tiros entre largocaballeristas y prietistas en la plaza de toros de Écija en 1937 y cuarenta años de exilio. Desde hace 137 años el PSOE está ahí mientras los dirigentes van y vienen.

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