La playa de La Barrosa presenta en agosto un perfil más propio de primavera, según un estudio
Un informe municipal revela un mayor desnivel entre la arena seca y húmeda respecto a 2024, aunque se prevé que recupere su forma habitual de verano entre septiembre y octubre.

La playa de La Barrosa muestra este verano un aspecto más cercano al perfil de primavera que al habitual de agosto, con un mayor desnivel entre la arena seca y la húmeda. Así lo indica el informe encargado por el Ayuntamiento de Chiclana a la empresa local Topgea Ingeniería, que analiza la cubicación de arena y el estado del litoral.
Según la delegada de Playas y primera teniente de alcalde, Ana González, esta diferencia de altura, que se traduce en un pequeño “escalón” entre ambas zonas, tiende a reducirse conforme avanza la temporada, esperándose un perfil más plano y tendido entre septiembre y octubre.
El estudio, que incluye mediciones en la arena seca, húmeda, cordón dunar, acantilado de la primera pista y hasta 200 metros mar adentro, refleja que este año La Barrosa cuenta con más arena que en 2024: más de 91.000 metros cúbicos adicionales, aunque distribuidos de forma desigual. Parte de esta acumulación se encuentra en el cordón dunar y en el fondo marino, lo que podría favorecer un desplazamiento natural hacia la orilla en las próximas semanas.
“El año del COVID comenzamos a estudiar el aforo y el estado de nuestras playas, y desde entonces hemos continuado con estas mediciones para conocer datos reales y planificar actuaciones”, señaló González. Este análisis más completo permitirá decidir si es necesaria la aportación de arena o el perfilado de la playa, tal y como ya solicitó el Consistorio a Costas, que intervino en julio para reducir el escalón existente.
Los técnicos han realizado perfiles a lo largo de todo el litoral y han confirmado que, a diferencia de otros veranos, el perfil actual mantiene mayor pendiente. La dinámica natural, sin embargo, apunta a que la arena se redistribuirá y nivelará antes de finalizar la temporada alta.
El informe también destaca la importancia de las nuevas mediciones en el acantilado, con el objetivo de detectar posibles desprendimientos y retrocesos de forma temprana. “En 2026 podremos comparar los resultados y evaluar la evolución tanto de la playa como de su entorno”, afirmó la delegada.
Con estos datos, el Ayuntamiento refuerza su estrategia de conservación y gestión de La Barrosa, una de las playas más emblemáticas de la provincia de Cádiz, que atrae cada verano a miles de visitantes.
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