
La Universidad de Cádiz ha desmentido las declaraciones del consejero de Universidad, Investigación e Innovación, José Carlos Gómez Villamando, quien afirmó ayer en el Parlamento que el déficit presupuestario de la institución se debía a un “error de cálculo” y al abono de una cantidad que no debía haberse pagado. En respuesta, la universidad aclara que su situación financiera responde a varios factores, y no a un fallo en la planificación presupuestaria.
Según el rector de la Universidad de Cádiz, Casimiro Mantell, la causa principal del déficit radica en la reducción continua de la capacidad financiera desde 2019. Esta reducción ha hecho que cualquier gasto extraordinario cause un desajuste significativo. Además, el déficit se ha visto incrementado por el cumplimiento de gastos extraordinarios, como el pago de las retribuciones y la seguridad social de las convocatorias María Zambrano y Margarita Salas, que la universidad tuvo que abonar debido a un requerimiento de la Inspección de Trabajo y una sentencia del Tribunal Supremo el año pasado.
A estos factores se suma el coste de la construcción del aulario de Jerez, una obra que finalizó en 2024 y que superó los seis millones de euros.
El equipo de gobierno de la universidad ha expresado su malestar y preocupación por las declaraciones del consejero, asegurando que no reflejan la compleja realidad de la situación presupuestaria.