Los pantanos gaditanos almacenan 845 hectómetros cúbicos de agua, una cifra muy superior a la del pasado año pero con un notable descenso desde junio.

Los embalses de la provincia de Cádiz se encuentran actualmente al 46,6% de su capacidad, lo que supone una pérdida de ocho puntos desde el comienzo del verano. Según los datos del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH Hidrosur), los pantanos gaditanos acumulan 845,23 hectómetros cúbicos de agua sobre un total de 1.821, lo que equivale a 149 hectómetros cúbicos menos que en junio, cuando se situaban al 54,8%.
A pesar de esta bajada, la situación hidrológica de la provincia es mucho más favorable que la del año pasado. En septiembre de 2023, los embalses apenas alcanzaban el 22,8% de su capacidad, con 415 hectómetros cúbicos embalsados, lo que obligó a varios municipios a aplicar restricciones en el suministro de agua. Hoy, el nivel de almacenamiento es más del doble, lo que ofrece un margen de tranquilidad de cara a los próximos meses.
El embalse con mayor volumen de agua en la provincia es el de Guadalcacín, que cuenta con 335,22 hectómetros cúbicos sobre una capacidad total de 800,3, lo que representa un 41,89%. Le siguen el embalse de Bornos, con 120,57 hectómetros cúbicos y un nivel del 60,22%, y el de los Hurones, que se sitúa al 67,70% con 91,60 hectómetros cúbicos.
En la zona del Campo de Gibraltar, la situación es algo más holgada. El embalse de Guadarranque se encuentra al 80,31% con 66,78 hectómetros cúbicos, aunque ha perdido diez puntos desde junio. Por su parte, el de Charco Redondo alcanza los 48,43 hectómetros cúbicos, lo que equivale al 61,17% de su capacidad.
El comportamiento de las reservas hídricas en Cádiz refleja la fuerte presión del consumo durante el verano y la escasez de lluvias en los últimos meses. No obstante, la mejora respecto a 2023 se debe a las precipitaciones registradas en invierno y primavera, que permitieron una notable recuperación de los embalses.
La evolución de los niveles de agua en los pantanos será clave de cara al otoño, una época en la que suelen producirse las primeras lluvias importantes del año. La situación actual, aunque mejor que la del pasado ejercicio, sigue marcada por la incertidumbre climática y la necesidad de un consumo responsable.
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