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Vie. Nov 22nd, 2024

Más del 50% de los andaluces asegura que no podría asumir los costes económicos tras un ictus

Además,  más del 70% de los encuestados señala el estrés como principal factor desencadenante de un segundo ictus

En España, 130.000 personas sufren un ictus cada año, lo que significa que 1 de cada 6 españoles sufrirá un ictus a lo largo de su vida. Además, es la primera causa de discapacidad física y mental grave en el adulto y de dependencia. Con el objetivo de profundizar sobre el conocimiento de la sociedad española sobre el ictus, Boehringer Ingelheim España presenta hoy en el marco de la campaña #GeneraciónINVICTUS, los resultados de una encuesta social1 (n=1000) realizada para comprender mejor el conocimiento entre los españoles sobre esta enfermedad. 

En el actual entorno de COVID-19, los expertos han ido alertando los últimos meses sobre la importancia de consultar con el médico ante posibles síntomas de ictus, ya que se ha notado un descenso de hasta el 30% de las consultas de ictus2. El Dr. Francisco Moniche, jefe de sección de la Unidad de Ictus del Hospital Universitario Virgen del Rocío (Sevilla), recuerda que “muchos pacientes de ictus han pasado sus ictus en casa durante la pandemia, algo que a largo plazo tendrá un impacto negativo en su recuperación. Tras la primera ola de la pandemia COVID-19 ya la Sociedad Española de Neurología comunicó una reducción media de en torno al 30% de los ingresos por ictus en España y es importante que estos números no se repitan y la sociedad consulte de forma inmediata con los sistemas de emergencias sanitarias (112 o 061) ante un posible síntoma de ictus.

Por este motivo, Boehringer Ingelheim, de la mano de Cardioalianza, FEASAN y FEI, apuesta por formar e informar a la población para, ante la menor duda, consultar con su médico y así evitar que la pandemia empeore las cifras de patologías como el ictus.

Más del 50% de los andaluces considera el impacto económico como una de las peores repercusiones derivadas de sufrir un ictus

Según la Federación Española del Ictus (FEI), el ictus constituye uno de los problemas sociosanitarios más importantes del momento. Los costes directos de esta patología representan en algunos países industrializados, entre el 2% y el 4% del gasto sanitario total. Para los pacientes y sus familias, cada ictus supone un gasto medio de 4.000 euros durante los tres primeros meses de enfermedad, sin tener en cuenta las bajas laborales del paciente, ni las de los familiares que le atienden como cuidadores3.

De la encuesta realizada se desprende que este gasto preocupa a los andaluces, ya que el 51% de los andaluces considera que el impacto económico es una de las peores repercusiones de sufrir un ictus, por detrás de las limitaciones físicas y las secuelas mentales (77%). En relación a este dato, más de la mitad de los encuestados considera que el ictus supone un mayor gasto económico que sus familias no están preparadas para afrontar.

Carme Aleix, presidenta de FEI, señala que “las secuelas de un ictus pueden ser  funcionales y cognitivas  y deben ser tratadas y valoradas individualmente. Además, es importante remarcar la factura social que tiene esta enfermedad para las familias de los pacientes. Por ello es muy importante formar e informar sobre esta enfermedad, ya que el desconocimiento es lo que puede llevar al estigma, así que cuanta más información haya, el camino de las familias y pacientes que han sufrido un ictus será mejor de cara a afrontar una recuperación de la mejor forma posible”. 

“Las secuelas psicológicas son muy importantes y sin embargo a veces se les da menos importancia. Cerca del 50% de los pacientes sufren depresión después de un ictus, puesto que ven que su situación ha cambiado y se encuentran ante lo desconocido. A veces incluso el propio paciente puede quitarle importancia a esa situación de ansiedad o depresión. Esto se ha visto que empeora el pronóstico de recuperación del paciente, teniendo impacto incluso en las secuelas físicas.”, explica el Dr. Francisco Moniche, jefe de sección de la Unidad de Ictus del Hospital Universitario Virgen del Rocío (Sevilla).

El estrés como principal factor desencadenante de un 2º ictus para los españoles

En este contexto, según los datos de la encuesta, el estrés destaca por ser el principal factor desencadenante de un segundo ictus según los españoles, mientras que los andaluces consideran que la no adherencia al tratamiento es el factor que más puede derivar en un 2º ictus. Así lo reconocen los encuestados. A su vez, un 67% cree que haber sufrido un ictus aumenta la posibilidad de sufrir un segundo episodio. 

Maite San Saturnino, portavoz de Cardioalianza, destaca que, “estos datos evidencian que las campañas de concienciación funcionan, puesto que un alto porcentaje de la población sabe identificar los principales factores que aumentan el riesgo de ictus y cómo prevenirlos”, a lo que añade que “efectivamente, tener una buena gestión diaria del estrés es tan importante como estar bien informado para poder detectar los síntomas de un ictus y reaccionar a tiempo. Son muchos los estudios que han demostrado que altos niveles de estrés en el trabajo, la ansiedad y la depresión son factores de riesgo desencadenantes que aumentan las posibilidades de sufrir un evento cardiovascular o cerebrovascular. Se ha reportado que vivir situaciones de estrés crónico puede aumentar hasta en un 58% el riesgo de ictus, por lo que prevenir el estrés y saber auto gestionarlo, más ahora en tiempos de pandemia, se convierte en un factor controlable muy importante a tener en cuenta para cuidar nuestra salud.”

Hay que tener muy claro que el ictus es una patología muy grave y que además es tiempo-dependiente. Nunca se debe quedar uno en casa esperando a ver si se pasan los síntomas. Perder fuerza, perder sensibilidad, tener dificultad para hablar, que se tuerza la boca o una pérdida de visión repentina deben hacer saltar las alarmas”, recuerda el Dr. Moniche.

En cuanto a los principales factores de riesgo del ictus, la hipertensión arterial es el más reconocido entre los andaluces (66% de los encuestados), seguida del hábito tabáquico (45%) y de las enfermedades cardíacas (42%).

Por otro lado, en Andalucía tienen clara la importancia de un estilo de vida saludable para mantener un estado de salud óptimo que ayude a prevenir patologías. El 71% de los andaluces cree que llevar una dieta equilibrada es clave en la prevención, mientras el 69% de los encuestados relaciona la práctica de  ejercicio de forma habitual y moderada como medida adecuada para prevenir un ictus. Como parte de un estilo de vida saludable, los andaluces también reconocen la importancia de llevar un control de la tensión arterial de forma regular (67% de los encuestados) y reducir el colesterol (66%), así como no fumar (60%) y moderar el consumo de alcohol (56%).

4 de cada 10 andaluces creen que existe estigma social tras sufrir un ictus

El ictus es una patología que puede ir acompañada de alteraciones motoras y cognitivas que pueden afectar al movimiento, al habla o al equilibrio, entre otras. Variaciones que pueden ser de carácter reversible o permanente.4 

Sin embargo, la mayoría de los andaluces desconoce las consecuencias de un ictus: más de la mitad de los encuestados andaluces considera que se puede hacer vida normal tras un ictus y sólo 1 de cada 4 reconoce las dificultades psicológicas (por ejemplo, la depresión o los cambios de conducta) que conlleva sufrir un ictus.  Aun así, 4 de cada 10 españoles creen que existe estigma social tras sufrir un ictus

Un 82% de los españoles cree que no hay suficiente información sobre el ictus

El ictus es una enfermedad cardiovascular aguda que provoca la interrupción del riego sanguíneo en el cerebro y es conocida por más de la mitad de los españoles. La mayoría asegura haber conocido la enfermedad a través de un familiar, sin embargo son muchos los encuestados que creen que falta información sobre la patología. 

En línea con esta desinformación, sólo el 15% de los encuestados afirma conocer la diferencia entre un ictus isquémico y un ictus hemorrágico. En un ictus isquémico el origen del problema se relaciona con la formación de un coágulo que disminuye el flujo de la sangre. En cambio, el ictus hemorrágico se produce cuando la afectación del tejido cerebral está producida por la entrada al mismo de sangre procedente de la rotura de un vaso sanguíneo.

Además, sólo el 34% de los españoles sabe que la fibrilación auricular aumenta el riesgo de sufrir un ictus. “Debemos seguir trabajando por dar a conocer la FA entre la población, sobre todo entre los mayores de 55 años ya que la FA es la arritmia más frecuente y multiplica por 5 el riesgo de ictus, siendo la responsable de 1 de cada 4 ictus. La desinformación existe entre la población general y también entre los propios pacientes ya diagnosticados que incluso estando en tratamiento anticoagulante para evitar sufrir un ictus desconocen para qué toman esos medicamentos”, señala Rafael Martínez, presidente de FEASAN.

Esta encuesta ha puesto de relieve que el 82% de los españoles cree que no hay suficiente información sobre el ictus, a pesar de que los datos de su prevalencia en nuestro país son preocupantes. Por ello, desde Boehringer Ingelheim de la mano de las organizaciones de pacientes y de los profesionales sanitarios implicados en el manejo del ictus, promovemos  campañas de concienciación como #GeneraciónINVICTUS. De este modo, luchamos unidos contra esta enfermedad“, apunta la Dra. Elena Gobartt, Gerente de Medical Affairs de Boehringer Ingelheim España.

#GeneraciónINVICTUS

La #GeneraciónINVICTUS nació en 2017, con espíritu de combatir estas cifras y con un claro objetivo de formar e informar a los pacientes, asociaciones de pacientes, público general y profesionales sanitarios. En 2018, la campaña se centró en ayudar a retomar su vida a aquellos pacientes que han sufrido un ictus y a contribuir, además, en la promoción de los hábitos saludables para evitar la repetición de un segundo ictus. En 2019, la campaña dirigió su atención a las mujeres, dado el desconocimiento que todavía existe sobre la prevalencia del ictus entre el género femenino. Este año se pone énfasis en la prevención entre las personas mayores, por su mayor riesgo, tanto de ictus como de factores de riesgo relacionados, como la fibrilación auricular.

Desde la Federación Española de Asociaciones de Anticoagulados (FEASAN) afirman que “seguimos comprometidos con la #GeneraciónINVICTUS por la importancia de la formación para la prevención de nuevos casos de ictus”. La Federación Española de Ictus (FEI) por su parte, recuerda la importancia de que “contar con las experiencias de otras personas, de manera que los pacientes que han sufrido un ictus se sientan en comunidad”. En Cardioalianza valoran el papel de este tipo de campañas, puesto que “dan a conocer aspectos menos conocidos del ictus y su prevención, que de otra manera podrían pasar desapercibidos”.

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