OPINIÓN – Sin alma ni orgullo: así no se puede defender el amarillo
Ver al Cádiz CF perder 1-0 contra un Racing de Ferrol ya descendido y sin nada en juego debería hacer saltar las alarmas. Lo que pasó en A Malata no fue un partido de fútbol, fue un trámite desganado donde faltó, sobre todo, actitud. Y eso, en un club con la historia y la afición del Cádiz, no se puede consentir.
No pido milagros ni finales de Champions, pero sí un mínimo de dignidad y compromiso. Que el equipo salga como si estuviera de vacaciones cuando hay un rival enfrente, aunque esté ya condenado, es un insulto para los que pagan entrada y siguen creyendo en esta camiseta. Que la defensa esté desordenada, que se cometan errores infantiles y que el ataque no encuentre remate no habla de un equipo serio, ni con ganas.
Garitano trató de mover el once con novedades y atacantes, pero la fórmula fue un desastre. La falta de mediocentro defensivo dejó un hueco que el Ferrol supo aprovechar para marcar el único gol desde el punto de penalti. El VAR no falló, y el Cádiz tampoco supo reaccionar. Hubo intentos en el último tramo, pero ni el palo ni un mano a mano pudieron evitar la derrota. Eso no es fútbol, es suerte y poco más.
No sirve esconderse detrás de excusas. Esta temporada ha sido una suma de irregularidades, de fallos en defensa y un equipo que parece perdido en la pista. La afición necesita un cambio real, una renovación que traiga intensidad, coraje y hambre. Porque sin eso, no hay proyecto ni futuro.
El Cádiz CF tiene historia, tiene afición y tiene un nombre que defender. Lo que vimos en Ferrol fue una imagen que no refleja ni una cosa ni la otra. Así no se puede seguir.