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Vie. Nov 22nd, 2024

París propone un verano al aire libre en contacto con la naturaleza y el agua

Paris se dispone a disfrutar y compartir un gran verano con todos sus visitantes. Es el momento de descubrir la ciudad al aire libre, con sus parques, sus barrios peatonales y sus orillas del Sena. También de tomar una copa o almorzar en el exterior, en algunas de sus muchas terrazas y rooftop disfrutando de una vista única. Nada tan refrescante como embarcarse en un crucero por el Sena, o disfrutar de algunos de los bonitos espacios verdes de la capital. Ahora es el mejor momento para recorrer las calles a pie o en bici y descubrir sorpresas… Y cuando llega el verano, también llegan novedades en la ciudad, así como actividades que se van instalando por todas partes. Naturalmente, también es tiempo de cultura, de festivales, de buena gastronomía… y de rebajas.

Buenas previsiones

París afronta el verano de 2017, animada también por los buenos datos turísticos que parecen indicar que la influencia de los atentados terroristas de 2015 han quedado atrás. En efecto, en los primeros meses del año parece que el ritmo de crecimiento de visitantes sigue en aumento. El Instituto Nacional de Estadísticas y Estudios Económicos de Francia ha confirmado que la cifra de visitantes que se obtuvo en 2016 ha sido similar a la que se pudo obtener en 2014, por lo que se deja a un lado el negativo año 2015. Esta recuperación parcial del sector turístico con la presencia de más visitantes nacionales y extranjeros confirma que la sensación de seguridad es mayor, gracias a las medidas que el gobierno francés ha implementado para ofrecer una mayor seguridad en la capital y el resto del país.

Ya en diciembre último, la pernoctación hotelera aumentó en un 19,5 por ciento con respecto al mismo mes de 2015 y creció casi un 4,5% en el conjunto del último trimestre de 2016. En enero de 2017 los alojamientos en hoteles crecieron en un 20,1 por ciento en comparación con un año atrás, cifra récord en la última década para el primer mes del año. Según los últimos datos del Comité Régional du Tourisme (CRT) organismo encargado de la promoción y desarrollo de París y l´Ile-de-France, todavía con datos de 2016, este destino sigue siendo el primero a nivel mundial con 14,2 millones de llegadas hoteleras internacionales, la duración media de la estancia es de 4,5 días, una de las más altas del mundo para turismo urbano y hay un 94% de satisfacción que indica que el 57% de los visitantes quieren volver en uno o dos años. Por otra parte, París ha seguido siendo el destino preferido para la celebración de congresos internacionales en 2016, según la International Congress and Convention Association, con 1.118 congresos en los que participaron hasta 854.000 por delante de Viena, Barcelona, Berlín y Londres.

Y durante los meses de junio a septiembre es cuando París recibe un mayor número de visitantes. Estas son algunas de las cosas que les atraen de la capital francesa:

Multitud de espacios verdes

Aunque la arquitectura señorial de la ciudad y sus muchos monumentos y museos son, seguramente, lo más conocido de París, la ciudad también presume de numerosos y amplios espacios verdes por los que pasear, montar en bicicleta, patinar o incluso navegar. Una iniciativa reciente de la alcaldía de París pretende llevar los espacios verdes hasta el último rincón de la ciudad, se trata del proyecto “Du vert près de chez moi” (Verde junto a mi casa) que está creando pequeños jardines en los alcorques de los árboles que pueblan calles y avenidas, en pequeños rincones sin urbanizar, en la zonas de juegos de niños, etc., lo curioso es que son individuos particulares quienes se encargan del acondicionamiento, siembra y cuidado de estas mínimas zonas verdes.

Pero, naturalmente, la ciudad ofrece muchas otras posibilidades. Con más de 400 parques y jardines, París es la ciudad más verde de Europa. En total, cuenta con unas 2.300 hectáreas de verdor dentro del espacio urbano. Desde la pequeña plazoleta de barrio, hasta los bosques parisinos, pasando por los jardines secretos o los grandes parques contemporáneos, existen unos 500 espacios verdes repartidos a través de los veinte distritos de la Ciudad Luz. Cada uno cultiva su estilo y su historia: desde el muy intimista Jardin du Palais-Royal hasta el gigantismo del Parc de la Villette, pasando por el romanticismo del Parc de Bagatelle o los enormes Bois de Boulogne o de Vincennes… ningún jardín parisino se parece a otro.

Un par de ejemplos: El Parc des Buttes Chaumont, ubicado en el noreste de París, es uno de los más grandes espacios verdes de la capital y también uno de los más originales. Su construcción sobre canteras explica su geografía escarpada y el impresionante desnivel. Muy ondulado, ofrece preciosas perspectivas sobre la capital, sobre todo del barrio de Montmartre. Su organización, con sus grutas y cascadas, su puente colgante y su “folie” encaramada sobre un Belvedere le dan su específico encanto. Está adornado con árboles exóticos e indígenas y cantidad de aves comparten el territorio y disfrutan del lago artificial. El parque propone animaciones para los niños, así como lugares para comer.

El Jardín des Tuileries lleva su nombre a causa de la fábrica de tejas que existía en el lugar donde la reina Catherine de Médicis hizo edificar el Palais des Tuileries en el año 1564, hoy en día desaparecido. El famoso jardinero del rey, André Le Nôtre, le dio su actual aspecto de jardín a la francesa a partir del año 1664. El jardín, que separa el Musée du Louvre de la Place de la Concorde, es un lugar de paseo para parisinos y turistas, y se pueden contemplar estatuas de Maillol, de Rodin o de Giacometti. Los dos estanques incitan al descanso. El Musée de l’Orangerie en el cual los visitantes pueden admirar las obras de Monet está instalado en la parte suroeste de las Tuileries. Y para los aficionados a los tiovivos, algodones de azúcar y sensaciones fuertes: no se pierdan la Fête des Tuileries, de junio hasta agosto.

Un pic-nic de lujo

Y para disfrutar de lleno la naturaleza, nada como comer dentro de ella, algo no muy frecuente en las grandes ciudades. Sin embargo, algunos lugares de París todavía permiten instalar tranquilamente su mantel de cuadritos, y su cesta con el almuerzo. Aunque algunos céspedes no sean accesibles al público, muchos espacios verdes reciben con brazos abiertos a los que hacen picnics, una pequeña selección de parques y jardines en los cuales se puede desplegar el mantel y dejar su cesta, con toda tranquilidad. Estos son algunos de ellos: Viaje a través del tiempo a través del galante square Louis-XIII. En medio de la Place des Vosges, una de las más antiguas de París, se encuentra la estatua ecuestre de este rey de Francia y a sus pies se puede merendar. Para hacer un picnic real, hay que ir al Jardin des Tuileries. Diseñado por André Le Nôtre, este espacio verde es un modelo de elegancia a la francesa, con sus paseos simétricos de gravilla y sus preciosas líneas de árboles podados. Este jardín es ideal para comer al aire libre gracias a sus amplios céspedes, desde donde se pueden contemplar el Louvre, la Torre Eiffel, el Museo de Orsay y los Champs-Élysées.

Si se buscan los bonitos panoramas, no hay que perderse el Jardin du Champ-de-Mars, al pie de la torre Eiffel. Además de ser uno de los más grandes espacios verdes parisinos, ofrece una preciosa perspectiva sobre varios monumentos de la capital: la llamada Dama de Hierro, por supuesto, pero también el Trocadéro o l’École militaire. Lugar ideal de encuentro para las parejas, el Parc des Buttes-Chaumont propone un marco romántico para hacer un picnic, con su cascada, su cueva, su belvedere y árboles centenarios… Para acabar, si lo que apetece es una comida al aire libre cien por cien natural sin irse de la ciudad, el Bois de Vincennes y el Bois de Boulogne son ideales.

Y si no se tiene tiempo o ganas de preparar el contenido del pic-nic, no hay que preocuparse. Para facilitar las cosas, algunos comerciantes y restauradores proponen cestas de picnic listas para comer. El «cabas pique-nique» de Arnaud Delmontel se compone de un buen surtido de productos de la casa Delmontel con, entre otras cosas, dos baguettes Renaissance (premio de la mejor baguette de París en el 2007), ensalada, focaccia, tarta de frambuesas, botella de Bordeaux, sin olvidar los cubiertos, una manta… e incluso un sacacorchos Laguiole. En cuanto a l’Épicerie générale, ha creado varias originales cestas totalmente orgánicas. Y además, incluyen un mantel bordado, cubiertos desechables, servilletas de papel, una velita… y también un amplio abanico de juegos para el aire libre en alquiler. Si no hay tiempo de ir a la tienda, l’épicerie de lujo Papa Sapiens se ocupa de todo y hace la entrega en el lugar de elección. En lo que se refiere a la carta, se puede elegir entre varios surtidos de box, todos muy deliciosas, ya sea para la merienda o para el aperitivo. Si apetece que lo sirvan todo en bandeja, la casa Lenôtre propone varias opciones de «Coffret by Lenôtre», creados por sus chefs, con entrada, plato y postre, panecillos, set de cubiertos y servilletas, son fáciles de llevar gracias a su preciosa caja de transporte. Fauchon también ha creado deliciosas bandejas gastronómicas para comer a temperatura ambiente. Finalmente, Terroir Parisien ha pensado en todo con su «sac apéro» que contiene un bote de charcutería, un tarro de rillettes, jamón york, condimentos y una baguette.

Al borde del agua

Con el buen tiempo, apetece disfrutar del agua. París no tiene el mar cerca pero tiene uno de los ríos más importantes de Europa, que atraviesa toda la ciudad. En torno a él –y sobre él– surgen oportunidades para aprovechar el buen tiempo. El Sena y sus barcos son también un lugar ideal para gozar en familia, con amigos o incluso para celebrar un evento de trabajo en equipo. Paseando por las orillas del Sena, los puentes y los muelles están llenos de tesoros monumentales. Se puede descubrir el Louvre, ver a lo lejos la catedral Notre-Dame-de Paris, saludar los barcos que navegan sobre el Sena, admirar el trabajo de los artistas ambulantes… Tampoco hay que dejar de ver el canal Saint-Martin y el canal de l’Ourcq, que ofrecen paseos típicamente parisinos con un toque retro. Se puede ir más allá de la experiencia visual paseando por el río en uno de los numerosos cruceros, disfrutando de una vista excepcional sobre los monumentos y sitios más bellos y típicos de la capital. Estas son algunas de las opciones:

En Bateaux Parisiens dos duendecillos traviesos, Lila y Philou, interpretados por actores profesionales, cuentan la historia y los secretos de París. De la Torre Eiffel a la isla Saint Louis, un viaje de una hora en un barco panorámico, al ritmo de juegos y canciones, para aprender entreteniéndose. Les Vedettes de Paris, compañía certificada según la norma de gestión medioambiental, ofrece un amplio abanico de cruceros para descubrir el Sena, así como la posibilidad de privatizar sus barcos para celebrar todo tipo de eventos, con salidas todos los días desde la mañana hasta la noche cada 30 minutos aproximadamente. Paris Canal propone una excursión diferente, relajante e instructiva de dos horas y media atravesando los siglos, desde el centro de París hasta el Parque de la Villette, subiendo el Canal St. Martin al compás de las esclusas y puentes giratorios. Un paseo que combina la mayoría de los más famosos monumentos de la Ciudad de las Luces y aspectos más desconocidos y secretos de la capital. Algo parecido ofrece Canauxrama, también en el canal Saint Martin, un paseo romántico e insólito en el corazón de París, de la plaza Bastille hasta el parque de la Villette, al descubrimiento del noreste de la capital, de la atmósfera del «Hotel du Nord» y el pasaje por cuatro dobles y concurridas esclusas. Pero sin duda las excursiones más conocidas y populares son las que ofrece Vedettes du Pont Neuf, cruceros turísticos y culturales comentados en directo, en varios idiomas sobre el Sena, la avenida más bella de París. A bordo de barcos panorámicos se descubren los monumentos más bellos de la capital, como la Torre Eiffel, el Louvre o la Catedral Notre-Dame de París, a lo largo de un romántico e interesante paseo fluvial de una hora sobre el Sena. Finalmente, las tradicionales Bateaux-Mouches permiten descubrir o redescubrir toda la magia de las orillas del Sena donde se pueden observar los monumentos mas prestigiosos y que han marcado la historia, los 14 barcos de la compañía de los Bateaux Mouches atraviesan París todo el año, a lo largo de cada jornada y cada noche para llegar al corazón de la ciudad luz. Ofrece un buen servicio de restauración a cargo del chef, Fabrice Guillemin y su brigada quienes cocinan a bordo una gastronomía tradicional francesa.

Fusión de naturaleza y agua

Una fusión perfecta al aire libre entre naturaleza y agua es el nuevo parque Rives de Seine, un oasis verde donde todos pueden disfrutar del deporte, la naturaleza, una comida o simplemente relajarse en el centro de París. Desde el 2 de abril del 2017, París cuenta con un nuevo espacio verde. Los paseantes y deportistas descubrieron en 2013 las nuevas instalaciones de la Rive Gauche del río parisino (desde el musée d’Orsay hasta el Pont de l’Alma). Cuatro año más tarde, la Rive Droite también se abre al público.

Catalogadas en el Patrimonio Mundial de la UNESCO, las orillas parisinas del Sena se convierten hoy en un parque de 10 hectáreas, cambiando el asfalto por un marco más natural. Las calles son remplazadas por vegetales y se proponen numerosas actividades lúdicas, como se hace en la Rive Gauche. Mas eco-responsable que nunca, este nuevo espacio acoge también lugares de restauración así como una tienda de productos turísticos sostenibles. A lo largo de casi cuatro años, las riberas reorganizadas de la Rive Gauche ya acogieron a unos 4 millones de visitantes. Con sus de 2,3 kilómetros de largo, el recorrido cuenta con diferentes instalaciones deportivas, zonas lúdicas para pequeños y mayores y espacios de relajación, todos en acceso libre. El lugar también realza lo sostenible y ha sido totalmente pensado tomando en cuenta el respeto hacia el medio ambiente. Un marco fuera de lo común donde se puede tomar una bebida y picar unas tapas al aire libre en la gabarra Rosa Bonheur sur Seine o también en Faust.

En el 2017, Rive Droite y Rive Gauche se reúnen para formar el Parc Rives de Seine, gracias al cual los peatones podrán evolucionar desde la Place de la Bastille hasta la Torre Eiffel, tomando los numerosos puentes que atraviesan el rio. Importante, las orillas del Sena son accesibles a las personas en silla de ruedas, y cuentan con sanitarios adaptados. Entre las posibilidades que ofrece el nuevo parque están: jugar en los cinco campos de petanca, el deporte favorito de los franceses, tomar una copa en la terraza del café equitativo le Scilicet, enseñar a los niños juegos de habilidad gracias a dos vías ferratas y al recorrido de equilibro realizado con tocones de árboles especialmente adaptados para ellos, retroceder en el tiempo gracias a los binoculares 3D Timescope, este terminal de realidad virtual, en acceso libre, fue creado para admirar el París de otra época, como si estuviera en pleno siglo XVII, recargar el teléfono móvil pedaleando en una de las 5 zonas de aparatos de gimnasia del Parc Rives de Seine.

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