En los tiempos en que se negociaban los que luego serían conocidos como Acuerdos de Camp Davis, un participante norteamericano en el proceso comentó que «los palestinos no desaprovechan la oportunidad de desaprovechar una oportunidad». Bien, pues me da que al PSOE de Cádiz le pasa tres cuartos de lo mismo en sus intentos de asaltar el ayuntamiento de la ciudad, no hay oportunidad que no se empeñe a fondo en desaprovecharla.
La historia de sus intentos de asalto a San Juan de Dios se cuenta por fracasos más o menos estrepitosos. El último intento, el de 2019, se zanjó con la mayor caída en votos de la historia, mucho más dolorosa en comparación con las elecciones europeas con las que se simultaneaban, y la pérdida del diputado provincial por el partido judicial gaditano. Un fracaso que afectó a la vida orgánica del PSOE y que debilitó a la actual dirección local que se mantiene al día de la fecha en una interinidad sostenida en el mejor no moverse que podemos caer más. Un proyecto político, en el que sinceramente participé, pero que fue incapaz de hacer avanzar al PSOE de Cádiz hacia mayores cuotas de poder municipal en la ciudad. Todo lo contrario, nos colocó en una posición aun más incómoda, frágil y emparedados entre dos populismos, el gobernante y el de la derecha cesante.
Pero ¿cuál es la oportunidad que tiene visos de concretarse para el PSOE gaditano? La que den las urnas municipales en algo menos de tres años. Me explico. EL alcalde de Cádiz es un líder en retirada, por los motivos que sean pero está en franca retirada, da la sensación de no querer ser alcalde. Esto es tan así que ya hay guerra interna en la coalición-puzzle por heredar la cabeza de la candidatura. tres nombres suenan, pero esa es historia para otro día, cuando cuaje un poco más el conflicto.
En ese vacío que dejará el grupo que ahora gobierna no hay lugar para la derecha gaditana, más bien no es lo suficientemente amplio para que quepan sus descréditos y bajo perfil actuales. Y dudo que se recuperen visto lo visto.
Y es en ese momento donde el PSOE gaditano puede meter baza y dar un salto cualitativo que le permita tocar el poder municipal. Siempre y cuando cumpla ciertas premisas. Primero es necesario apoyar desde lo orgánico al grupo municipal y esencialmente a su actual portavoz Mara Rodríguez, una mujer en plena madurez, formada y con vida profesional anterior a la política. Un buen cartel electoral a poco que cuente con el respaldo de su partido. Luego, un deseo por el bien de la nación, que Pedro Sánchez mantenga el gobierno de España, lo que también sería un indicador de una buena gestión. Y por último que el PSOE de Cádiz pierda la oportunidad de perder esta oportunidad.
¿Por qué cuento todo esto? Pues porque un buen amigo, que no es militante del PSOE, me cuenta asombrado que ya un viejo militante del partido le ha hablado pestes de Mara Rodríguez. O sea que los socialistas gaditanos ya andan pensando en pegarse un tiro en el pie. No, dos tiros, uno en cada pie.