Esther Gil de Reboleño, Vicepresidenta tercera del Congreso y diputada de SUMAR por Cádiz, ha denunciado las presiones ejercidas por la naviera Carnival sobre los trabajadores de Navantia, advirtiendo sobre la posibilidad de que la empresa traslade sus reparaciones fuera de Cádiz debido al descanso dominical del personal. Gil de Reboleño calificó estas acciones como un «chantaje» y subrayó la importancia de encontrar un equilibrio entre la competitividad de los astilleros y el respeto a los derechos laborales.
La diputada destacó que el nivel de calidad del trabajo en Navantia es innegable y señaló que no se debe sacrificar el derecho al descanso para mantener la competitividad. «Navantia Cádiz no puede convertirse en una plantación de algodón de Alabama en el siglo XXI», afirmó, haciendo un llamado a la dirección de la empresa para garantizar la conciliación familiar y el respeto a la legalidad laboral.
SUMAR Cádiz recordó la reciente aprobación en el Congreso de una iniciativa para instar a la dirección de Navantia a negociar un nuevo convenio colectivo, el cual lleva tiempo caducado. Este convenio, según Gil de Reboleño, debe contemplar medidas que aseguren condiciones laborales dignas y la capacidad de cumplir con los plazos de entrega sin comprometer los derechos de los trabajadores.
La formación política también abogó por la ampliación de las plantillas y la contratación de trabajadores con contratos fijos discontinuos, proponiendo periodos mínimos de seis meses que podrían extenderse hasta diez meses, con el fin de mantener la competitividad y respetar los derechos laborales. Gil de Reboleño instó a la dirección de Navantia a agilizar la negociación del convenio colectivo para establecer un marco laboral moderno y adaptado a las necesidades actuales del sector.