La fase final del eclipse pudo observarse ligeramente sobre el horizonte este, aunque la cobertura nubosa impidió disfrutar del fenómeno en su totalidad
Los gaditanos vivieron la noche del 7 de septiembre de 2025 uno de los eventos astronómicos más esperados del año: un eclipse total de Luna. Sin embargo, la nubosidad presente en la ciudad impidió que el espectáculo se apreciara en su totalidad, limitando la visibilidad a la fase final del fenómeno.
El eclipse comenzó de manera parcial a las 18:27, alcanzando su totalidad entre las 19:31 y las 20:53. En Cádiz, la Luna salió eclipsada sobre el horizonte este a las 20:43, permitiendo únicamente observar los últimos minutos del eclipse total y la fase parcial que continuó hasta las 21:56.
Este fenómeno pudo apreciarse sin necesidad de telescopios o instrumentos especiales, ya que los eclipses lunares no presentan riesgos para la vista. Los aficionados y familias que buscaban un lugar despejado hacia el este pudieron contemplar cómo la Luna aparecía con un intenso matiz anaranjado, un efecto generado por la dispersión de la luz en la atmósfera.
Aunque el inicio del eclipse total no fue visible en Cádiz, el evento ofreció una oportunidad educativa para que centros escolares y asociaciones astronómicas locales explicaran las fases del eclipse, la refracción de la luz y la formación del color rojizo de la Luna. Los expertos destacaron que fenómenos como este combinan ciencia y belleza natural, fomentando el interés por la astronomía entre la población.
Este eclipse total de Luna fue observable desde gran parte del mundo, incluyendo Europa, Asia, Oceanía, África y el extremo oriental de Sudamérica, consolidándose como uno de los momentos astronómicos más llamativos de 2025. Para los gaditanos, a pesar de la nubosidad, la noche del 7 de septiembre dejó un recuerdo del vínculo entre el cielo y la ciencia, aunque con la sensación de haber perdido parte del espectáculo.
En resumen, Cádiz experimentó la fase final de un eclipse total de Luna que, aunque parcialmente oculto por nubes, permitió a la ciudad ser testigo de un fenómeno natural fascinante, combinando aprendizaje y contemplación astronómica en un solo evento.




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