Desde hace ya algún tiempo venimos observando con preocupación cómo la corrupción avanza en nuestro país y se extiende por muchas instituciones políticas y administrativas, formando ya un entramado muy organizado y consolidado que preocupa cada vez más a los ciudadanos.
Según el CIS de marzo pasado, la corrupción y el fraude es hoy la 2ª preocupación de los españoles después del paro. Y no es de extrañar viendo todo lo sucedido en la Comunidad de Madrid con el encarcelamiento de su ex presidente, imputado por 6 delitos, junto con su hermano y cuñado entre otros, que ha provocado la dimisión de Esperanza Aguirre ex presidenta de la Comunidad de Madrid, que ha visto cómo terminan en la cárcel sus principales colaboradores.
Corrupción que se extiende también a la Comunidad Valenciana, la de las Islas Baleares, Murcia, Cataluña, Andalucía, donde pronto se tendrán que sentar en el banquillo de los acusados otros dos ex presidentes: los Sres. Chaves y Griñán.
En Cataluña, ha sido encarcelado el hijo mayor de los señores Puyol, otro ex presidente de Comunidad . Y no olvidamos que este terrible problema ha salpicado hasta a la casa real con la condena del Sr. Urdangarín casado con una hija del rey emérito.
Según datos del CGPJ en poco más de un año, desde el 2015 al 2016 son 1.378 los imputados que ha habido relacionados con la corrupción.
Las consecuencias son terribles Se calcula que cada año los problemas derivados de esta corrupción y fraude fiscal nos cuesta a los españoles 90.000 millones de euros, que no tenemos para empleo, sanidad, educación, asuntos sociales, dependencia etc. etc.
Todo esto, unido al dinero que le hemos tenido que dar a los bancos para que sigan funcionando, ha provocado y sigue provocando recortes brutales en materia social, casi congelación de las pensiones, paralización de la ley de dependencia, y un aumento considerable de la pobreza hasta un 23% de la población etc.. ¿Cuánto se podría hacer socialmente con 90.000 millones de euros cada año?
Somos un movimiento eclesial, preocupados por la renovación de la Iglesia a la que le exigimos que alce su voz contra esta podredumbre para que se articulen mecanismos eficientes que termine con ella . La Iglesia debe aportar mucho más de lo que está aportando, con una denuncia profética valiente y comprometida. No puede permanecer en silencio ni mirar para otro lado. Ni puede dedicarse a hablar del sexo de los ángeles cuando tanto daño se está haciendo a casi una cuarta parte de la población
Muchas de estas “personalidades políticas y del mundo económico” aparecen participando en lugares destacados, presidiendo actos religiosos al lado de cardenales u obispos. Habría que adoptar una postura valiente ante este tipo de sangrantes consecuencias . Y algunos de ellos son miembros de conocidas instituciones religiosas. No puede ser un buen cristiano quien permite que se lleve a millones los dineros públicos, impidiendo que ese dinero se destine al bien social. Ese es un gran pecado que hay que denunciar como tal.
Desde aquí hacer un llamamiento a todos los colectivos sociales y eclesiales a que alcen su voz contra la corrupción de modo público para que haya en todo el país un clamor generalizado contra la corrupción, que consiga que los políticos y agentes de la economía pongan de una vez remedio eficaz a esta gran plaga que se extiende por todas partes.
MOCEOP (Movimiento por el celibato opcional)